Las naciones del mundo son demográficamente multilingües por necesidad, dados los hechos históricos universales de que las personas migran a tierras nuevas y se apropian de ellas. La migración, tanto voluntaria como forzada, así como la apropiación, ya sea por guerra o bien por otros medios, ha dado lugar a que la población de un mismo país hable más de una lengua. La diferencia entre países radica en la naturaleza del multilingüismo, que puede ser aditiva o sustractiva, sin que ninguna de ellas indique una situación lingüística estática. En el multilingüismo sustractivo, las lenguas nuevas cuando llegan a la población de un país pueden perder el carácter de lengua dominante, aun cuando sigan llegando lenguas nuevas, o las lenguas perdidas puedan resucitar; por lo que en algún momento, habrá más de una lengua en el país.
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