El uso de hueso humano entre los mayas del periodo Clásico fue investido de un contenido simbólico que envolvía aspectos tan trascendentes como el poder político y social; fue empleado para justificar el acceso a éste, debido a que la pieza ósea provenía de algún personaje importante, y su posesión, uso o utilización avalaba su derecho a ocupar una posición de tal magnitud. En ocasiones la procedencia del resto óseo humano era reforzada con grabados que referían hechos trascendentes como ascensiones y logros bélicos, entre otros, conservándose en ellos la trayectoria del poseedor. Estas referencias tenían una repercusión en la memoria colectiva, obteniendo como consecuencia la aceptación del ejercicio del poder o autoridad; justo en esta parte radica la contemplación del uso de este tipo de piezas óseas humanas como objetos ideológicos.
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