En el pasado, las fiestas religiosas a menudo desbordaron los cauces ortodoxos y propiciaron comportamientos, gestos, transgresiones o conflictos que preocuparon a las autoridades civiles y eclesiásticas. Algunos ritos recogieron tradiciones paganas medievales o costumbres populares: elección de mayas por primavera, danzas durante la procesión del Corpus, fiesta del obispillo en Pentecostés, reyes pájaro por Navidad, etcétera. Este artículo se sumerge en la dimensión más turbulenta de las celebraciones públicas católicas, analizando los tiempos, los espacios y los modos de la subversión vinculados a la religiosidad popular en la España del barroco. Se compara además el alcance de tales conductas antes y después del Concilio de Trento.
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