Han pasado más de veinte años desde que las políticas estatales de corte neoliberal se implementaron en el campo mexicano, y aunque se han hecho estudios cabales de sus efectos en varias regiones del país, en otras se desconocen sus implicaciones. El noreste de Yucatán es una de tales regiones. Este artículo busca reconocer algunas concreciones del neoliberalismo agrario mexicano en ese espacio social, tomando como eje del análisis dos problemas: la reconfiguración de la subsistencia campesina y las transiciones en la propiedad de la tierra ejidal. La zona resulta de interés porque en la actualidad, y desde mediados del siglo XX, se le reconoce como la región ganadera de Yucatán, aunque anteriormente predominaron en ella el cultivo del maíz y, en menor medida, el aprovechamiento forestal.
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