La entrevista a los familiares de personas extraviadas o desaparecidas permite obtener datos útiles para la búsqueda y también para la identificación de personas fallecidas, dos problemas en el quehacer de la antropología forense. En este trabajo se remarcan la utilidad, alcances y limitaciones de esa herramienta, y se enfatiza la necesidad de estandarizar los procedimientos para la recopilación de datos ante mortem (AM), útiles también para la confrontación con datos post mortem (PM); además, se señala la necesidad de incluir cuestionamientos respecto a las circunstancias que rodearon el evento, para constituirlas en un elemento de prueba cuando se trate de una desaparición forzada. Lo aquí expuesto parte del ejercicio profesional de las autoras y del análisis de otros protocolos de búsqueda e identificación hechos por equipos de antropología forense latinoamericanos. Por último, se discute sobre la necesidad de profesionalización y sensibilización de quienes realizan la entrevista a los familiares, siendo el antropólogo forense un especialista idóneo para ello, y se concluye que la antropología forense tiene la tarea de incorporar los protocolos internacionales en la materia.
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