Diversos fueron los factores que influyeron en el desarrollo y consolidación de la Orden de frailes menores capuchinos durante el siglo XVII. Quizá uno de los más importantes fue el uso y defensa que hicieron del hábito con capucho y de las barbas largas, elementos con los que se autorrepresentaban no sólo como nuevos san Franciscos sino como imágenes vivas de Jesucristo, como hombres despreciados del mundo en constante búsqueda de los valores celestiales. En este artículo se destaca la importancia de la representación de los frailes capuchinos por medio de su indumentaria, (re)presentación creada discursivamente desde sus filas y expuesta al mundo como una manifestación de penitencia, santidad y protección divina: el hábito capuchino resultó una prenda prodigiosa, sin parangón.
[Texto completo].:: BARROCO
En el pasado, las fiestas religiosas a menudo desbordaron los cauces ortodoxos y propiciaron comportamientos, gestos, transgresiones o conflictos que preocuparon a las autoridades civiles y eclesiásticas. Algunos ritos recogieron tradiciones paganas medievales o costumbres populares: elección de mayas por primavera, danzas durante la procesión del Corpus, fiesta del obispillo en Pentecostés, reyes pájaro por Navidad, etcétera. Este artículo se sumerge en la dimensión más turbulenta de las celebraciones públicas católicas, analizando los tiempos, los espacios y los modos de la subversión vinculados a la religiosidad popular en la España del barroco. Se compara además el alcance de tales conductas antes y después del Concilio de Trento.
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