¿Por qué los agricultores cazan y los cazadores no? Aproximaciones etnológicas a la ausencia de escenas cinegéticas en el arte rupestre paleolítico

Aun en el arte más figurativo, la manifestación gráfica no puede ser considerada como una simple reproducción estilizada del entorno, pues al pasar por el filtro de la mente se atribuye un valor diferencial a los objetos circundantes y, acorde a ello, se les selecciona, ordena y jerarquiza en el discurso pictórico. Esto significa que en la imaginería de un pueblo no sólo importan los elementos representados, sino también los que se excluyen. Siguiendo este orden de ideas, es de notar la ausencia de escenas explícitas de caza en la plástica del paleolítico europeo —arte cazador por excelencia—. Lo interesante es que cuando lo comparamos con otras manifestaciones artísticas de sociedades cazadoras, notamos cierta recurrencia en la omisión de esta clase de imágenes. Paralelamente, observamos que en los registros etnográficos diversos pueblos suelen evitar decir con claridad que se mata al animal y, en lugar de ello, tratan el proceso de apropiación como un intercambio socializado. Por el contrario, múltiples sociedades agrícolas, e incluso estatales, toman a la cacería como un elemento de prestigio y se valen de ella para simbolizar lo social. Aquí, retomaremos dos modelos planteados por la etnología para mostrar cuán variable puede ser la ideología detrás de una escena de caza.

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