INTRODUCCIÓN
Los trabajos aquí presentados convergen en la perspectiva analítica de la historia regional enfocada en el valle del Alto Atoyac o Puebla-Tlaxcala. Todos giran en torno al estudio del rasgo histórico, sustancial y primigenio, que ha caracterizado a este ámbito geográfico desde tiempo inmemorial. Nos referimos a la presencia de diversos pueblos indígenas originarios asentados en esa vasta demarcación territorial a lo largo de su historia, con la consecuente eclosión de majestuosas ciudades prehispánicas, cuya grandeza se preservó en el periodo colonial tras una apariencia renacentista y bajo un velo de fervor católico.
.:: CHOLULA
Varios métodos de ejecución pública fueron practicados durante la conquista y el periodo colonial. La horca, la hoguera, el garrote o la decapitación fueron los más comunes. Este artículo nos introduce en el estudio narrativo e iconográfico de una pictografía colonial sobre el área de Cholula que plasma otro método muy violento para pagar con la vida algún delito. Su origen se remonta al medioevo y pronto fue vedado en Nueva España por las leyes indianas, dado su carácter sanguinario. El aperreamiento, utilizado en particular contra la población indígena durante las campañas de conquista, fue prolongado hasta las primeras décadas del gobierno español como castigo a indios enemigos, reticentes, y tributarios morosos.
[Texto completo]El objetivo de este trabajo es discernir las huellas del carácter sagrado y comercial en la ciudad de Cholula, a partir del significado implícito de los nombres en lengua náhuatl que lograron mantenerse como apellidos después de la conquista. Analizamos aquellos relacionados con la guerra, el sacerdocio, los títulos de dignidades, de gobierno, los de oficios y los de productos suntuarios. Otra de las metas que perseguimos es analizar la distribución de los apellidos en los barrios de Cholula para encontrar patrones residenciales de las familias y dilucidar la relación entre topónimos y patronímicos.
[Texto completo]El reino sagrado de Cholollan, intercesión simbólica con el divinizado cosmos, ocupaba el centro de esa enorme planicie como reflejo topográfico del universo. De esta manera materializaba el eje de la tierra o axis mundi, así como el pivote de los cuatro cuartos del mundo o su quinta dirección. Para los chololteca, ese ombligo telúrico era representado por su reino en medio del amplio valle. Bajo un enfoque más concéntrico marcaba el emplazamiento de su ciudad sagrada y, en un mayor acercamiento, delimitaba el centro ceremonial en el corazón del núcleo urbano. Finalmente, con la mayor precisión, esa convergencia axial caía en la enorme estructura piramidal de su templo mayor, contacto sacro de la tierra con los estratos del cielo y los del inframundo en los distintos periodos de apogeo, y después en la estructura del templo a Quetzalcoatl.
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