En este ensayo presentamos, a grandes rasgos, la vida profesional de cuatro cubanas que en México fueron y son conocidas como “las rumberas del cine mexicano”: María Antonieta Pons, Amalia Aguilar, Ninón Sevilla y Rosa Carmina. Sus experiencias en los escenarios mexicanos se circunscriben a un contexto más amplio que es el de un numeroso y heterogéneo grupo de artistas cubanos que emigró de la isla a México entre los años 1930 a 1950; siendo este territorio en el que definirían en gran medida sus empleos. Las vidas de estas cuatro exitosas cubanas nos permite apreciar más de cerca lo que fue la trayectoria de algunos de los inmigrantes cubanos de aquellos años.
[Texto completo].:: CINEMATOGRAFÍA
Desde Pedro Dib, primer inmigrante libanés llegado a México en 1882, hasta Carlos Slim, magnate cuya sola presencia suele desviar cualquier análisis equilibrado acerca del papel multifacético que ha ejercido esta comunidad en la historia, los mexicano-libaneses no han estado ajenos a los estereotipos populares, como tantos grupos étnicos. Definidos como “emprendedores, trabajadores, honestos y confiables”, en una visión creada por el cine de los años cuarenta mediante personajes interpretados por el actor Joaquín Pardavé El baisano Jalil y El barchante Neguib, la imagen apenas habla de la muy importante participación que han tenido los libaneses en la vida profesional, política y académica de México; destacando en este último rubro como profesores, investigadores, presidentes de sociedades, directores de revistas, jefes de departamentos, subdirectores y directores de hospitales, institutos, facultades, juntas de gobierno, patronatos universitarios y fundaciones; inclusive, obteniendo premios nacionales y universitarios o formando parte de El Colegio Nacional. Una presencia virtuosa y exitosa de esta comunidad en México.
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