En su estudio, Pilar Máynez nos abre una nueva visión de la Historia de Durán, una forma diferentes de abordar la cosmovisión y la interacción de lo divino en lo humano entre los pueblos nahuas del México antiguo. Esta nueva forma ha sido lograda gracias a la lingüística, disciplina que desde el siglo XIX se levantó con fuerza insospechada, y que en nuestra centuria ha revolucionado el campo de las humanidades. Desde su condición de lingüista, la autora ha hecho un análisis de los vocablos nahuas para valorar el esfuerzo que fray Diego Durán realizó con el objeto de guardar la memoria de un pueblo, y darla a conocer a los lectores de otra lengua y otra cultura, la española. Como ella dice, cada voz de las lenguas amerindias, en este caso del náhuatl, “amplió y mudó el sistema lingüístico de la lengua dominante y enriqueció su realidad”.
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