Partiendo de la problemática localización de los espacios míticos mesoamericanos, este trabajo se propone demostrar que muchas de las ambigüedades que al respecto se presentan pueden explicarse a partir de la imagen de un espejo celeste. Dicha noción no sólo nos permite entender las más evidentes similitudes entre el cielo y el lugar de los muertos, sino que al mismo tiempo nos posibilita aproximarnos a las teorías indígenas del reflejo. La refracción, en estos casos, no parece derivar en la simple producción de figuras ilusorias sino en la oportunidad de acceder a una suerte de realidad virtual cuyos efectos sobre la cotidianidad se proyectan en el devenir. Lo datos analizados proceden de múltiples épocas y regiones, más el hecho de que entre sí mantengan cierta congruencia sugiere que pese a la imperante diversidad debió conservarse una matriz cultural común.
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