A partir de los primeros años del descubrimiento de América, la Corona española promovió un continuo y creciente intercambio de productos comerciales con el Nuevo Mundo; diversos consumibles se empacaron en recipientes de cerámica y atravesaron el Atlántico para satisfacer las demandas de los ibéricos y sus descendientes que formaron parte de la nueva sociedad colonial. Dentro del campo de la historia y la antropología, resulta de interés el estudio del origen de dichos envases, mejor conocidos como oliveras o botijas, que al principio fueron destinados al comercio transoceánico desde los siglos XVI al XIX y posteriormente con otros fines. Tal es el caso del uso documentado de botijas ibéricas en ceremonias nupciales en la comunidad de Xalitla y en otras localidades balsenses, donde su función primaria como contenedor de líquidos no ha cambiado a lo largo del tiempo, sino que adquirió un nuevo uso social, en este caso, relacionado con actividades rituales performativas.
[Texto completo].:: GUERRERO
En este artículo me sumerjo en la tradición de los Diablos de Teloloapan, manifestación teatral de la memoria histórica producida en la región norte de Guerrero, a partir del análisis de cómo las máscaras de diablo usadas en las fiestas patrias de la comunidad expresan una relación lúdica y crítica entre las versiones locales y nacionales de la historia patria, jugando con y retando a la “magia del Estado”, al mismo tiempo que el Estado, dentro del discurso de patrimonio y diversidad cultural, intenta apropiarse de las expresiones culturales locales.
[Texto completo]CRISTAL BRUÑIDO
El grupo de 20 fotografías publicadas ilustran el texto y se presentan en folios de papel cuché insertados a lo largo del libro. Las fotos originales, por su pequeño tamaño (1/2 postal), han debido ser tomadas con alguna cámara del tipo Retina, en negativo b/n de 35 mm y ampliadas en uno de los formatos populares en la época.
CRISTAL BRUÑIDO
En Guerrero, Octavio Bertrand volvió a Huitzuco a fines de agosto, para invitar a los miembros del Club Juan Álvarez a prepararse para la lucha armada. Aceptaron y nombraron como jefe de las fuerzas revolucionarias en gestación a Ambrosio Figueroa, por su ascendencia política y conocimientos militares. En octubre la Junta Revolucionaria Central de la Ciudad de México les hizo llegar 50 carabinas y cinco mil cartuchos, las cuales guardaron y quedaron a la expectativa.
Algunos documentos pictográficos se han convertido en soporte de información etnohistórica y en fuentes documentales de primera importancia para el conocimiento y avance de la antropología y de su intento por definir la imagen que los propios pueblos quisieron proyectar.
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