Desentrañar la participación de las mujeres como soldaderas o soldados en el proceso revolucionario iniciado en 1910 es un aspecto por demás interesante, y sus particularidades, poco conocidas. En la posrevolución, el imaginario colectivo grabó y difundió múltiples imágenes captadas por la lente de fotógrafos, y aunque los nombres de varios de ellos se han perdido en el tiempo, sus fotografías fueron conservadas en el importante archivo de los hermanos Casasola y a partir de 1976, resguardadas en la Fototeca Nacional del INAH.
[Texto completo].:: REVOLUCIÓN MEXICANA
El relato de este libro comienza en una fecha que prometía ser memorable: el 20 de noviembre de 1939. Ese día, en el Estadio Nacional —lugar usado para las ceremonias oficiales multitudinarias, como las tomas de posesión presidencial— el secretario de la Defensa condecoró a casi tres centenares y medio de veteranos de la Revolución, que cumplía el aniversario 29 de su inicio. Entre los homenajeados, seis mujeres recibieron el reconocimiento como veteranas de méritos indiscutibles, en acato al decreto que ese año el presidente Lázaro Cárdenas emitió.
[Texto completo]A mediados del siglo XIX, con la aparición de las carte de visite (tarjetas de visita), se inició el fenómeno del coleccionismo fotográfico y, por añadidura, la creación de álbumes fotográficos de diversos tipos.
[Texto completo]Desde hace varios años Rebeca Monroy Nasr ha dedicado gran parte de su investigación al estudio de la fotografía y, en específico, ha tratado de recuperar la historia del fotoperiodismo en México, tal como se puede apreciar en su texto Historias para ver. Enrique Díaz, fotorreportero.
[Texto completo]Leticia Reina y Ricardo Pérez Montfort eludieron la fascinación por la pretendida fiesta en el año de las conmemoraciones de la Independencia de México y la Revolución mexicana y convocaron a 27 investigadores para reflexionar sobre las transformaciones económicas, las posiciones políticas, las costumbres, los gustos estéticos y los intereses de la formación histórica, utilizando 1810, 1910 y 2010 como años de coyuntura.
[Texto completo]El libro está conformado por un conjunto de ensayos provenientes de buenas plumas y de ágil lectura, son pinceladas impresionistas de la historia mexicana del siglo XX. Los trazos son diversos en tiempo, espacio y temática; versátiles y plurales.
[Texto completo]CRISTAL BRUÑIDO
La irrupción del movimiento revolucionario, a finales del mismo año de 1910, abre un espacio temporal en el que se dará la concurrencia de muchos fotógrafos, tanto aficionados como profesionales. Uno de los tempranos eventos donde acude otro nutrido grupo de fotorreporteros, sobre todo estadounidenses, es la toma de Ciudad Juárez en mayo de 1911.
La obra que presenta Samuel Villela, Sara Castrejón. Fotógrafa de la Revolución, está dividida en cuatro capítulos que permiten situar el lugar de origen; los inicios en la fotografía y las principales preocupaciones artísticas de Sara Castrejón.
[Texto completo]Como parte de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) decidió reeditar el libro Mi pueblo durante la Revolución, el cual como recuerda su compiladora, Alicia Olivera, tuvo sus orígenes en un concurso convocado, en 1984, por tres instituciones: la Subsecretaría de Cultura de la Secretaría de Educación Pública, a través del Museo Nacional de Culturas Populares; el Consejo Nacional de Fomento Educativo y el Instituto Nacional de Arqueología e Historia. Dos objetivos perseguían las instituciones promotoras del concurso: por un lado, conmemorar el 75 aniversario del inicio de la Revolución mexicana y, por el otro, contar con un “instrumento útil” y “novedoso” para el estudio del hecho rememorado.
[Texto completo]CRISTAL BRUÑIDO
Durante el siglo XIX hablar de erotismo o mostrarlo era un tabú, por lo que con frecuencia las fotografías de desnudo se consideraron como las peores obscenidades y determinados sectores de la sociedad se consideraban ofendidos por juzgarlas demasiado provocativas. Pero a pesar de las quejas, las fotografías de desnudo proliferaron y fueron populares, no sólo las que mostraban cuerpos femeninos desnudos, sino también las representaciones crudas de sexo, como el coito heterosexual y homosexual.