La participación social ha sido propuesta para América Latina como una actividad necesaria no sólo respecto del proceso s/e/a, sino también para lograr determinados objetivos en otros campos como el educativo, el económico, el recreativo e incluso el cultural. Ello ha dado lugar desde la década de los cincuenta a la propuesta de proyectos específicos de participación, impulsados por la sociedad civil y/o el Estado (véase Comisión Económica para América Latina (CEPAL), 1960; Ware, 1962; Organización de las Naciones Unidas (ONU), 1972; Ugalde, 1985).
[Texto completo].:: SOCIEDAD CIVIL
Hoy, se perfila una diversidad cambiante de niveles de identificación como referencias de pertenencia de los habitantes en relación con entidades, tales como: la ciudadanía ampliada al ámbito de la sociedad civil o la llamada “doble nacionalidad”; además de niveles internos como: la diversidad étnica y la autonomía de las comunidades, o que trascienden lo nacional, como los derechos humanos y la problemática patrimonial de los bienes arqueológicos y ambientales de la humanidad.
[Texto completo]El llamado “boom de las organizaciones no gubernamentales (ONG)”, que venimos constatando desde los años ochenta en diferentes países tanto del norte como del sur, no ha generado hasta la fecha una conceptualización teórica satisfactoria de este novedoso fenómeno político-social. Para elaborar un programa de investigación adecuado a este carácter supuestamente novedoso de las ONG, recurrirémos a dos ámbitos teóricos distintos, cuyos aportes aún no se han interrelacionado por proceder de diferentes tradiciones y disciplinas académicas. Sin embargo, creemos que ambos enfoques de forma conjunta ayudarán a integrar – en un próximo paso – el estudio de las ONG, de sus miembros y de sus destinatarios en un solo modelo de análisis.
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