Para defenderse de los pesados gravámenes tributarios impuestos por las autoridades españolas, la nobleza indígena de Huexotzinco terminó en enero de 1560 un voluminoso censo donde registró a poco más de 13 mil individuos asociados a alguna de las 23 localidades que componía este complejo de señoríos, con la tradición indígena y con caracteres latinos. En este trabajo se muestran las condiciones que detonaron la realización de este padrón y a través del análisis de su tlacuilolli ‘escritura o pintura’, a través del cual se revelan las diferencias de criterios entre huexotzincas y españoles respecto de la contabilización de quiénes debían ser tributarios. Se descubre así que la escritura latina y la nahua son dos formas de entender la diversidad de obligaciones tributarias, donde los elementos gráficos establecen la estratificación interna de la sociedad indígena asociada a sus tributos respectivos.
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