De acuerdo con Clifford Gertz, la religión es “un sistema de símbolos que obra para establecer vigorosos, penetrantes y duraderos estados anímicos y motivaciones en los hombres, formulando conceptos de un orden general de existencia y revistiendo estas concepciones con una aureola de efectividad tal que los estados anímicos y motivaciones parezcan de un realismo único”.1 Así, la religión envuelve no sólo mitos y ritos revestidos del halo espiritual sino que genera y recrea simbolismos y representaciones —a veces heterodoxas— a partir de las prácticas culturales de una sociedad específica.
En este número de Dimensión Antropológica presentamos seis investigaciones cuyo nexo principal es la evaluación de las representaciones religiosas en la época moderna y sus relaciones con la construcción de identidades, con la política real y virreinal, con el discurso legitimador y con las transgresiones populares en el escenario de la cultura hispanoamericana.
David Charles Wright Carr nos ofrece un cuidadoso texto sobre la pervivencia de la iconografía marcial prehispánica en el periodo novohispano temprano. Deteniéndose en el complejo difrasismo nahuatlaca teoatl tlachinolli, compuesto por el signo “agua-incendio” estrechamente relacionado con las actividades de la guerra como sacrificio ritual, el autor nos remite al escudo de armas otorgado a la ciudad de Texcoco por Carlos V en 1551, donde este difrasismo metafórico formó parte de la heráldica novohispana como símbolo identitario.
La investigación de Jesús Joel Peña Espinoza muestra un análisis del ceremonial litúrgico poblano entre 1539 y 1597. El autor pone énfasis en la relación existente entre el orden ritual dentro de la catedral de Puebla y el orden público de la ciudad episcopal, atendiendo a las rencillas existentes entre la sede angelopolitana y la ciudad de México. Así, durante el siglo xvi el cabildo catedralicio de Puebla de los Ángeles, además de construir su propio espíritu religioso mediante la reglamentación de ciertas prácticas litúrgicas, generó un fuerte peso representacional como actor político y social en el complejo crisol religioso de la Nueva España.
Sara Sánchez del Olmo se ocupa de las transformaciones físicas y simbólicas que sufrió la imagen mariana Salus infirmorum (Salud de los enfermos) como manifestación de las alteraciones sociales y políticas que vivió la sociedad novohispana en las últimas décadas del siglo XVIII, particularmente en el ámbito michoacano. De ser una imagen de caña de maíz realizada por indígenas, la Virgen de la Salud fue modificada hasta convertirse en una representación mariana sobredorada, con elegantes vestiduras, proceso coincidente con la apropiación que los criollos realizaron del espacio michoacano y de sus alrededores.
En sintonía con el trabajo anterior, Jesús Márquez Carrillo explora los usos políticos del simbolismo de las imágenes marianas en Puebla entre 1675 y 1750. Centrado principalmente en el conflicto identitario de los criollos poblanos, el autor evalúa el papel hegemónico de la Virgen de Guadalupe en detrimento del peso simbólico de santa Rosa de Lima y de la Virgen de Ocotlán, proceso en que la enseñanza jesuita influyó decididamente.
La investigación realizada por quien suscribe esta presentación es un estudio sobre la escritura de prodigios como medio para construir la vena sagrada de la orden de frailes menores capuchinos, específicamente en el caso de su indumentaria. La escritura representó para los capuchinos la herramienta fundamental para crear un discurso legitimador sobre su instituto, discurso plagado también de la violencia simbólica estudiada por Pierre Bourdieu.
Miguel F. Gómez Vozmediano cierra la sección de artículos con un panorama sobre las prácticas transgresoras realizadas durante las fiestas religiosas en la Castilla del Siglo de Oro, muy a pesar de los dictámenes exigidos por el concilio tridentino que pretendían regularizar la decencia en los actos públicos. El autor focaliza su atención en las costumbres heterodoxas que se recreaban anualmente durante las fiestas navideñas, promoviendo desmanes públicos e incluso practicando la extorsión. Tal es el caso de la figura del rey-pájaro, al que Gómez dedica buena parte de su investigación.
Finalmente, Erandi Rubio Huertas, Edgar Estrella Juárez y Marcela Corvera nos ofrecen reseñas de tres obras, cuyo contenido supone diferentes contribuciones sobre la crítica y análisis de fuentes eclesiásticas y sobre la actualidad de la historia cultural como marco teórico para realizar avances historiográficos.
Como colofón, quisiera agradecer al Dr. Arturo Soberón, director de la revista, al equipo editorial de Dimensión Antropológica y al Instituto Nacional de Antropología e Historia, la oportunidad que nos ha brindado para la realización de este número.
Anel Hernández Sotelo
Universidad Iberoamericana,
campus Ciudad de México.
Citas
- Clifford Geertz, La interpretación de las culturas, Alberto L. Bixio (trad.), 13era. reimpresión, Barcelona, Gedisa, 2005, p. 89. [↩]