Registrados hace casi un siglo y publicados en Alemania hace más de siete lustros, los Textos nahuas de San Pedro Jícora constituyen -después del corpus de literatura indígena reunido por el fraile franciscano Bernardino de Sahagún- la compilación más abundante de textos en lengua náhuatl,1 y sin duda una de las más ricas colecciones literarias americanas. Sin embargo, a pesar de su importancia, la recepción de esta obra entre los antropólogos y los filólogos americanistas ha sido muy limitada. Esta suerte no sólo se debe a las vicisitudes que se presentaron durante el proceso de su edición, sino sobre todo al hecho de que la parcial versión española no da cuenta de la envergadura del contenido y alcances científicos del original. Como resultado de estas mismas circunstancias es frecuente que se omita toda mención a la contribución de Elsa Ziehm quien, además de transcribir, traducir y editar los textos registrados por Konrad Theodor Preuss, realizó sus propias investigaciones de archivo y de campo, y desarrolló análisis etnomusicológicos y lingüísticos originales basados en los materiales de aquél y en los suyos propios.
Entre el registro de los textos realizado por Preuss en la primera década del siglo XX, y la aparición del primero de los tres tomos de los Textos nahuas, preparados por Ziehm, median sesenta años, tiempo durante el cual los enfoques teóricos y las condiciones sociales y de investigación cambiaron. De modo que la descripción y apreciación de esta obra obliga a tomar en cuenta los dos horizontes temporales en que se inscribe su elaboración.
Preuss pertenece a la primera generación de etnólogos alemanes profesionales. Obtuvo su formación en el marco de los estudios sobre geografía en la Universidad de Kaliningrado donde, en 1894, se doctoró defendiendo la tesis “Las costumbres funerarias de los indígenas americanos y asiáticos nororientales”; al año siguiente empezó su carrera profesional como asistente en el Real Museo de Etnología de Berlín. Al lado de Eduard Seler, Preuss es uno de los pioneros en el estudio antropológico científico de América. Su interés se enfocó principalmente en las religiones y la “cultura intelectual” tanto de las sociedades precolombinas como de los grupos indígenas contemporáneos.
Influenciado por la Escuela filológico de Hermann Usener, que postulaba que el análisis filológico de los textos rituales y de la tradición oral en lengua nativa constituía el fundamento más sólido de toda investigación sobre el desarrollo de la religión y la cultura, Preuss consagró buena parte de sus energías al registro, traducción y edición de antologías de textos rituales y mitológicos de grupos étnicos americanos. A diferencia de otras tradiciones filológicas, la Escuela de Usener practicó el método de la inferencia etnográfica directa, que se basa en la atribución del mismo estatus epistemológico a la información etnográfica que a los textos antiguos. De hecho, en términos generales, la mayoría de los investigadores adscritos al Museo Etnológico de Berlín practicaron, hasta la década de los años 1940, una etnología multidisciplinaria que, organizada por regiones culturales, echaba mano igualmente de las aportaciones de la arqueología y la filología, que de la historia y la etnología en el estudio integral de las culturas.2
Este estilo de investigación fomentó que paulatinamente los estudios sobre América se consolidaran como una especialidad autónoma frente a la antropología general. Cuando Elsa Ziehm ingresó a la Universidad Friederich-Wilhelm en 1932, Berlín aún era el centro de investigaciones americanistas más importante de Europa, con figuras de la talla de Preuss, Lehmann y Krickeberg a la cabeza.3
Inscrita originalmente en la especialidad de lingüística indogermánica, en 1934 Elsa Harmening -adoptada a temprana edad por la familia Wertheim de ascendencia judía y desposada en 1938 con el músico Hans-Jürgen Ziehm-, se vio forzada a cambiarse a la de etnomusicología, debido al antisemitismo imperante en la primera. En 1939, un año después de la muerte de Preuss, quien fuera otrora su profesor, obtuvo su doctorado defendiendo una tesis sobre la música popular rumana4 e inició su carrera profesional como asistente en el archivo fonográfico de la Universidad. Sin embargo, su labor pronto se vio interrumpida por el estallido de la Segunda Guerra Mundial.5 Durante las siguientes dos décadas, Ziehm se mantuvo alejada de la vida académica. Cuando a principios de los años sesenta se reincorporó a las filas de los americanistas, la especialidad atravesaba por un momento de recuperación.6 Entre las irreparables mermas sufridas a causa de la guerra se encuentran una parte significativa de la colección arqueológica mexicana y casi la totalidad del legado de Preuss, el cual comprendía registros de textos indígenas, manuscritos inéditos, objetos etnográficos diversos y fotografías de campo.
En este contexto, el hallazgo fortuito de los manuscritos nahuas de Preuss, brindó a Ziehm la oportunidad de retomar su carrera de lingüista y de ubicarse como la última representante del grupo de los mexicanistas berlineses de la primera generación que empezaron con Eduard Seler.7 La edición de los manuscritos nahuas de Preuss demandó toda la energía académica de Ziehm durante quince años.8 Tiempo después, en 1985, aceptó la invitación de Berthold Riese para impartir el seminario de lengua náhuatl en la especialidad de Alt-Amerikanistik (Arqueología y lingüística americanas) en el Instituto Latinoamericano de la Universidad Libre de Berlín. Pero, al año siguiente, renunció a esta actividad.
Los textos nahuas en el contexto de la expedición de Konrad Th. Preuss al Nayarit y su importancia para los estudios sobre el México antiguo
La obra en tres tomos intitulada Textos nahuas de San Pedro Jícora en Durango,9 fue publicada entre 1968 y 1976 en la serie “Fuentes para la historia antigua de América registradas en las lenguas de los aborígenes”.10 Sin embargo, el proyecto de su realización nació muchos años antes -en 1905-, cuando al poco tiempo de haber pronunciado Preuss una conferencia,11 ante la Sociedad de Geografía de Berlín, su profesor Ferdinand von Richthofen le propuso el proyecto de un viaje a la Sierra Madre Occidental de México.12
Lo primero que hay que decir de la expedición de Preuss al Nayarit es que nunca se planteó como un viaje de aventura y descubrimiento.13 Financiada con fondos de la cátedra de americanística patrocinada por el duque de Loubat, desde el principio fue concebida como un viaje científico cuyos objetivos eran realizar excavaciones arqueológicas en el Occidente de México e investigaciones etnográficas enfocas en el registro en lengua nativa y traducción in situ de todo género de textos literarios indígenas, como oraciones, mitos, leyendas y cuentos. La finalidad expresa de obtener estos registros era la de contar con una base etnológica firme para el estudio comparativo de la religión de los grupos serranos y la de las antiguas civilizaciones mexicanos. Entre 1905 y 1907, Konrad Theodor Preuss pasó diecinueve meses ininterrumpidos entre coras (Nayarit), huicholes (Jalisco) y mexicaneros (Durango). En una comunicación, en la que sintetiza su viaje a la Sierra Madre Occidental, Preuss afirma que:
… tuve la intención de conocer la literatura no escrita de esas tribus. Esa literatura se debe considerar como la fuente más inagotable y segura, exenta de errores de observación, en lo referente a la vida intelectual de las mencionadas tribus. Por consiguiente no se trataba de volar de una tribu a otra. No basta una permanencia de unas pocas semanas. Consiste el ideal en permanecer un año en cada tribu con el objeto de observar el turno de todas las fiestas anuales.14
La expedición de Preuss al Nayarit fue todo un éxito. A pesar del escepticismo de quienes pensaban que ya no se podía encontrar una literatura viva entre los habitantes de la Sierra Madre Occidental, Preuss logró una cosecha abundante: 49 textos de los coras, 69 de los huicholes y 178 de los mexicaneros (nahuas de la Sierra Madre Occidental), todos registrados en los idiomas indígenas.15 Con fundamento en esta amplia base empírica, Preuss demostró las estrechas relaciones culturales entre los indígenas de la Sierra Madre Occidental y los antiguos mexicanos.16
El itinerario de la expedición inició en diciembre de 1905 en el pueblo cora de Jesús María, donde estableció su residencia. Durante los primeros seis meses de la expedición, Preuss obtuvo textos de los coras de Jesús María Chuisete’e y San Francisco Kwaxata. A partir de junio de 1906, se estableció en el rancho de Los Bancos donde estuvo registrando textos huicholes durante cuatro meses. Entre octubre y diciembre de 1906 viajó por la porción sudoccidental del territorio huichol, tras lo cual se instaló en la comunidad huichola de Tuapurie donde se quedó hasta marzo de 1907. Entre el 11 de abril y el 25 de junio vivió entre los mexicaneros de San Pedro Jícora, entre quienes encontró gran disposición para colaborar con su empresa.
Durante el tiempo de mi estancia, mi casa se convirtió en el centro de una gran actividad. Nunca faltaron las visitas que llegaban para fumar un cigarro de hojas de maíz, ni los narradores que uno tras otro vinieron a dictarme sus cuentos, cantos y rezos en el idioma nativo. […] Aquí la tarea de conseguir informantes -generalmente lo más complicado para el etnólogo- era extraordinariamente fácil. […] Procuraba dedicarme al menos unas cuantas horas a cada uno de los invitados. Así se explica por qué a veces ni siquiera tenía tiempo de tomar mi café por la mañana […]. Así me la pasaba escribiendo hasta la tarde….17
De esta forma, Preuss pudo documentar todos los rezos nahuas, desde los muy particulares y largos usados en las curaciones, hasta aquéllos pronunciados en los casos de fallecimiento. También registró los cantos del xurawet (mitote) y los de Las Pachitas (carnaval). En un primer momento, Preuss consideró que la hipótesis que había guiado su trabajo entre los mexicaneros, a saber, que entre ellos encontraría el eslabón que une a los antiguos mexicanos con coras y huicholes, se había visto más que corroboradas.18 No sólo las ceremonias compartían muchas características formales, sino que los textos nahuas presentaban similitudes importantes con los registrados entre coras y huicholes, si bien cada etnia les imprimía un carácter particular. Al profundizar en el estudio de los textos y ritos nahuas de San Pedro Jícora comprendió que la cercanía cultural de los nahuas de la Sierra Madre Occidental con los antiguos mexicanos no era mayor que la de coras y huicholes.19 Recientes estudios etnohistóricos sobre los hablantes de náhuatl en el Gran Nayar ofrecen evidencia de que los actuales mexicaneros son descendientes de grupos serranos que durante la Colonia habían adoptado el náhuatl, la lingua franca de entonces, como lengua propia,20 así que no hay razón para suponer un parentesco directo con nahuas del Centro de México.
Desafortunadamente, Preuss nunca llegó a analizar el material mexicanero en su conjunto, ni a elaborar un tratado sistemático sobre la religión de este grupo y sus relaciones con los antiguos mexicanos y con el resto de los grupos étnicos de la Sierra Madre Occidental, como sí lo hizo para los coras.21 Pero podemos darnos una idea del tipo de relaciones que postuló a partir de dos informes de viaje elaborados en 1908 y la serie de publicaciones breves que dedicó a este asunto a partir de 1925.22 En ellas, combina la comparación etnológica de las costumbres de los tres grupos serranos y de los antiguos mexicanos con la comparación filológico de sus textos.
Una de sus conclusiones más fructíferas establece la importancia de las Estrellas de la Mañana y de la Tarde. Un canto mexicanero sobre la salida heliacal de Venus, expresa con más claridad que el resto de los textos recopilados entre los indígenas serranos, la idea según la cual el dios del Maíz es una estrella que viaja a la tierra en la primavera y regresa al cielo tras la cosecha.23
Preuss interrumpió su estancia entre los mexicaneros antes de poder visitar otros pueblos debido a que la malaria lo atacó ferozmente. Además, sus recursos ya casi se habían agotado. De este modo, a finales de junio emprendió apresuradamente el regreso a Tepic, pues quería evitar la temporada de lluvias que dificultaba sensiblemente el cruce de los ríos. De no haber sido por estas circunstancias adversas quizá hubiera trabajado también entre los tepehuanes y los tarahumaras.24
Ya de regreso en Berlín, Preuss delineó el proyecto editorial para publicar sus materiales. Preuss calculaba que por cada mes de trabajo de campo se requeriría un año entero de trabajo de gabinete para el análisis y edición de los textos registrados, así que la proyección de la editorial de tener los cuatro tomos listos para abril de 1916 siempre le pareció poco realista.25
De acuerdo con el último plan editorial, la obra se llamaría La expedición al Nayarit. Registros de los textos y observaciones sobre indígenas mexicanos y constaría de cuatro tomos. El primero de ellos, La religión de los coras a través de sus textos. Con diccionario cora-alemán, se publicó en Leipzig en 1912; los otros tres tomos anunciados dentro de este proyecto, se intitularían El mundo intelectual de los huicholes a través de sus textos. Con diccionario huíchol-alemán, Textos mexicaneros. Con diccionario mexicanero-alemán y sinopsis de palabras nahuas, coras y huícholas; acompañado de una gramática comparativa, y por último, Observaciones, investigaciones y colecciones entre los coras, huicholes y mexicaneros. El trabajo duraría décadas y el autor esperaba que consumiría toda su fuerza. Sin embargo, al poco tiempo de haber aparecido el primer tomo, Preuss partió a un nuevo viaje de investigación, ahora a Colombia, suspendiendo indefinidamente la edición de sus materiales huicholes y mexicaneros.
La Primera Guerra Mundial sorprendió a Preuss en Sudamérica, donde permaneció hasta 1919, ocupado en sus investigaciones arqueológicas en San Agustín (alto Magdalena) y etnográficas entre los kágaba y los uitoto. Una vez de vuelta en Berlín se dedicó a la edición de los materiales colombianos, tras lo cual esperaba retomar los mexicanos. Pero esto no fue posible porque “a causa de la crisis y de la inflación que prevalecieron durante los años posteriores a la guerra, todos los contratos [con las casas editoriales] fueron anulados.”26 A pesar de ello, Preuss publicó intermitentemente algunos análisis sobre los textos mexicaneros.
Por las fechas de aparición de algunos trabajos sobre religión y literatura indígenas mexicanas27 cabe suponer que Preuss retomó estos materiales alrededor de 1930.28 En 1938 Preuss ya tenía los textos huicholes listos para su publicación29 y existía un plan para financiar su edición por la Asociación de Emergencia de la Ciencia Alemana.30 Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial, en un bombardeo aéreo a Leipzig, el original del manuscrito se quemó en la casa de la editorial B. C. Teubner. Luego, en marzo de 1944, durante los bombardeos a Berlín se destruyó el edificio donde Preuss había tenido su apartamento y allí desaparecieron junto con la única copia al carbón del libro sobre huicholes,31 los materiales, fotografías y registros de campo… Así se pensó que todo el legado de Preuss estaba perdido para siempre.
El rescate de los textos nahuas y el plan para su edición
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Gerdt Kutscher -entonces director de publicaciones del Instituto Iberoamericano de Berlín- y Otto Zerrier -del Instituto Frobenius- se dieron a la tarea de indagar si algo del rico legado de su profesor y colega había sobrevivido, pero la respuesta de Werner Preuss, hijo del etnólogo, fue negativa. De pura casualidad, años más tarde, Kutscher se enteró hojeando un catálogo de libros, que un tal señor Preuss de Treysia había resultado el ganador de un concurso literario. Lo contactó. Se trataba, ni más ni menos que del nieto de nuestro etnólogo, quien para fortuna de la ciencia americanista, tenía en su poder algunos “diarios de campo” de su abuelo.32 En enero de 1944, durante las vacaciones de Navidad, el joven señor Preuss, había estado unas cuantas horas en la casa paterna y se había llevado al azar algunas notas como recuerdo, sin saber que con ello las estaba salvando de la destrucción.
Kutscher gestionó ante la familia Preuss la donación de estos materiales al Instituto Iberoamericano, así como la autorización para su publicación. En abril de 1956 fue remitido a Berlín para su valoración científica un paquete que contenía cuatro gruesas libretas “anotadas hasta la última hoja”, tres con textos mexicaneros y una con textos coras, tres cuadernos más pequeños sobre la expedición colombiana y unas cuantas fichas de vocabulario.33 Aún sin saber qué porcentaje de los registros nahuas estaban contenidos en esas tres libretas, que sumaban ¡1200 páginas manuscritas!, Kutscher estimó importante editarlos. Así empezó la nada fácil tarea de buscar a la persona adecuada para esta tarea. Cinco años después, Elsa Ziehm, quien, como ya se mencionó, había sido alumna de Preuss, aceptó el encargo de transcribirlos y traducirlos, así como de elaborar un comentario que facilitara su comprensión.
Aspectos metodológicos de la edición de los textos nahuas
Los textos contenidos en las tres libretas provienen casi en su totalidad de San Pedro Jícora (Durango). Cada página consta de once renglones de texto en nahua, cada uno con su respectiva traducción interlineal.34 Según observa Ziehm, conforme fueron aumentando los conocimientos de Preuss de la variante dialectal sanpedreña, los apoyos en la traducción se van haciendo más escasos. En los márgenes se encuentran anotaciones en alemán cifradas en la estenografía de Stolze.35 Estas anotaciones dispersas hubieran sido ininteligibles de no ser porque Ziehm se empecinó en aprender dicho sistema que en sus días ya estaba en completo desuso.
Preuss asignó una numeración consecutiva a los textos conforme los fue registrando. Como la última entrada en la tercera libreta es el texto 117, cabe suponer que existían otras dos libretas, que comprendían alrededor de 60 textos más, entre ellos cantos de mitote.36
Ziehm estimó que las libretas con textos nahuas contenían suficiente material como para aprender la lengua. Así, su primera tarea consistió en reconocer las leyes de la metafonía vocálica,37 que le permitieran utilizar el vocabulario de Alonso de Molina. Con la finalidad de obtener un vocabulario propio que le allanara el camino al náhuatl clásico, la lingüista eligió historias breves, cuyo contenido era fácil de adivinar.38
El siguiente paso fue profundizar en las reglas gramaticales de conjugación, que en la variante dialectal del nahua sanpedreño se desvían considerablemente de las del náhuatl clásico. Para realizar esta tarea, los textos en prosa resultaron insuficientes porque en pretérito los verbos adoptan formas cortas. A este fin le fueron útiles las oraciones y los cantos de fiesta que relatan en presente las acciones del culto, que expresan en imperativo las plegarias a los dioses y en futuro la esperanza en su gracia. De entre éstos, Ziehm descartó los que estaban en lenguaje poético, llenos de metáforas difíciles de entender y en su lugar prefirió las oraciones y canciones de Las Pachitas pues sus interminables repeticiones y perífrasis le permitían tener mayor control sobre el análisis lingüístico.
A continuación se cita un fragmento relativo al verbo como muestra del tipo de análisis lingüístico elaborado por Ziehm.
Se pudieron diferenciar tres tipos de conjugación que se distinguen entre sí según si la terminación de la raíz del verbo se forma con una consonante, con una semivocal o con una vocal. Sólo hay un género verbal -el activo-, pero dos aspectos -el del movimiento y el de la quietud. Todas las transformaciones que implican una modificación del significado según si el verbo conlleva un sentido motoro o estático (de ahí las formas aplicativa, causativa y reverencial) se ubican entre la raíz y la terminación con la cual se expresan la persona, el número y el tiempo. Esta terminación se rige en todas las conjugaciones por el mismo esquema de flexión. En el singular del pretérito se suprime llevándose consigo todas las características diferenciadoras. Permanece o bien una raíz intacta que termina en consonante, o bien una parecida, que despoja a la primera de sus vocales finales, pues las suyas se corresponde con las otras.39
Cuando las cuestiones gramaticales estuvieron solucionadas, Ziehm se abocó a la traducción de Las Pachitas, a la que siguió la de los textos narrativas, en total 120.40 Entre tanto, el vocabulario creció hasta alcanzar aproximadamente 2000 palabras.
Igual que Preuss en su momento, Ziehm no se conformó con la literatura indígena registrada por otros para el estudio de la religión y la cultura de las sociedades americanas. Después de haber transcrito y elaborado una primera traducción de los Nahua-Texte, la lingüista y etnomusicóloga también sintió la necesidad de viajar a la Sierra Madre Occidental, para conocer de primera mano a la gente y el lugar del cual provenía el rico corpus registrado por su maestro.
Elsa Ziehm realizó tres viajes a San Pedro Jícora entre la primavera de 1962 y el invierno de 1968. El primero fue planeado para coincidir con la fiesta de Las Pachitas. En aquella ocasión, tan pronto supieron los sanpedreños que Ziehm había llegado hasta ahí por su relación con Preuss, la recibieron con los brazos abiertos. Durante esta primera estancia, Ziehm pudo constatar en qué medida se habían perdido de la memoria los antiguos textos y el arte de narrar. Se sintió un poco confortada cuando en la noche escuchó al coro de pachiteros entonar las canciones que tan bien conocía y aprovechó la oportunidad para anotar sus seis melodías.41 Al despedirse, se comprometió a traer en su próxima visita cuentos europeos.
Ziehm volvió a San Pedro Jícora para el cambio de año 1963-1964. En esta ocasión presenció el relevo de gobierno tradicional y completó su documentación fotográfica. No consiguió que el coro de pachiteros se reuniera para ser fotografiado y comprendió que no se puede esperar que las agrupaciones ceremoniales se reúnan fuera de su momento ritual. Además de contar cuentos y ayudar en la cocina, Ziehm presenció el discurso en el que uno de los integrantes del gobierno tradicional explicaba la trascendencia de su trabajo y anunciaba que en su próxima visita Ziehm les entregaría impresos los textos de su tradición literaria.
En este punto, Ziehm ya había descartado la posibilidad de volver a registrar los textos perdidos en la guerra; también los sanpedreños los habían olvidado. Asimismo, había perdido la esperanza de conseguir la autorización necesaria para presenciar la “fiesta de los elotes”, lo mismo que aquella para hacer una grabación del coro de pachiteros junto con la eufonía que producía su eco en las montañas.42
A pesar de haber sido planeado con todo cuidado, el tercer viaje de Ziehm a San Pedro Jícora en febrero de 1968, no resultó del todo bien. Además de haberle sido negado el permiso para hacer grabaciones y tomar fotos constató con tristeza cómo la presencia de maestros rurales resultaba intrusiva y perjudicial para la vida comunitaria. Al día siguiente de su llegada, Ziehm entregó a los representantes del gobierno tradicional los dos primeros tomos de los Textos nahuas (el segundo en fotocopias) y se despidió con las siguientes palabras: “Aquí están las narraciones de sus padres. Le dedico el libro a mis amigos, los niños de San Pedro. He cumplido mi palabra”.43
No se ha hecho suficiente hincapié en la importancia de los viajes etnográficos de Elsa Ziehm a San Pedro Jícora. Aunque breves, las tres estancias entre los mexicaneros le permitieron aclarar y corregir diversos aspectos de los registros de Preuss y de su propio trabajo de edición.
Al observar a los hablantes y escuchar la entonación del nahua, Ziehm comprendió por qué en su manuscrito Preuss renunció a todo intento de establecer una puntuación: “el discurso fluye sin variaciones ni acentos y sólo al final de una idea se eleva un poco la voz”.44 Según Ziehm, es muy probable que durante el dictado, que forzosamente tenía que ser más lento que el habla normal, esta elevación fuera imperceptible para Preuss. La lingüista consideró que introducir una puntuación para la edición de los textos atentaba contra su estilo. En lugar de eso, optó por presentar los textos con su traducción interlinear, separando las frases ahí donde el hablante nahua hace una pequeña pausa para respirar. En la línea en alemán, las palabras de cada renglón corresponden plenamente a la línea en nahua, no así el orden de las palabras, ni las pausas para respirar. En la traducción propiamente dicha no fue posible respetar el orden de las palabras en las frases. De hecho, para lograr que la versión alemana fuera adecuada tanto en el significado como en la estructura de las frases fue necesario construir oraciones principales y relativas. También fue necesario agregar conjunciones y adverbios,45 además de que los tiempos verbales tuvieron que ser dejados de lado por completo. Como compensación a estas limitantes en la traducción, Ziehm proyectaba ofrecer en un tomo sobre gramática,46 abundantes indicaciones relativas a las formas del verbo y el uso de los tiempos que permitieran al estudioso tener una idea de las múltiples posibilidades de expresión y diferenciación que posee el nahua.
Al transferir el lenguaje hablado en palabra escrita, Ziehm tuvo que introducir aún otros cambios. Las narraciones anotadas por Preuss generalmente recurren a la voz directa. Para que la audiencia no pierda de vista quién habla, el narrador repetidamente intercaló la expresión kilkilí (“dijo”). Como en la versión escrita todas las frases en voz directa están entrecomilladas, este tipo de indicaciones fueron dejadas de lado; sólo se mantuvieron en los casos en que la adición de participantes en los diálogos hizo necesario resaltar quién dijo qué. En estos casos, kilkilí se tradujo también como “preguntó” o “contestó”. Debido a que es imposible consignar en los registros los ademanes que matizan la narración, con frecuencia fue necesario dotar a las frases de expresiones más específicas. Así, en lugar de “chico”, Ziehm tradujo “muy chiquito”.
Estructura de la obra
Para su edición, Ziehm clasificó los textos en dos grupos. En los dos primeros tomos reunió todos los textos en prosa, organizándolos según su estilo y contenido. El primer tomo contiene los mitos que tratan de la muerte y la resurrección de los astros, del diluvio y el inicio de nuestra era y las leyendas sobre el héroe cultural, sus hazañas, su divagar por la tierra y su viaje a través del inframundo. El segundo tomo reúne los cuentos sobre magia y animales y las narraciones acerca de diablos tontos, ladronzuelos, pícaros y locos. Para este último tomo utilizó la tipología de Aarne-Thompson. El tercer tomo se reservó para las oraciones de la curación y la enfermedad y para los cantos de las ceremonias del maíz y la fiesta de Las Pachitas.
Además de los tres publicados, Elsa Ziehm planeaba elaborar un cuarto tomo que constaría de dos partes. Una gramática del dialecto nahua de San Pedro, enfocado principalmente en la conjugación y el uso de los tiempos, aspectos ambos que se distancian de manera importante del náhuatl clásico. Y un ambicioso vocabulario nahua-náhuatl-español-alemán.
Este tomo, anunciado por la editorial para 1980-1981 nunca llegó a publicarse. Sin embargo, existe un texto mecanografiado de la gramática que consta de 140 páginas con correcciones manuscritas por Ziehm. Este material fue donado en el año 2003 a la American Philosophical Society por John Bierhorst y puede ser consultado sin restricciones. Por otra parte, Irmela Stroh, hija de la investigadora, tiene en su poder el manuscrito inconcluso del vocabulario.
Además de los textos en nahua, cada uno de los tomos de la obra incluye ensayos etnológicos, análisis etnomusicológicos o descripciones etnográficas y del proceso de edición que, vistos en su conjunto, permiten tomar dimensión no sólo de su valor, sino del titánico trabajo que se ha requerido para darles su forma final.
El primer tomo se inaugura con una emotiva introducción de Gerdt Kutscher en la que se narra el proceso de rescate de las libretas de Preuss. Le sigue una descripción del estado del manuscrito y del proceso de su edición a cargo de Ziehm. En la siguiente sección se reúnen los únicos cuatro ensayos en los que Preuss analiza con cierta profundidad sus materiales mexicaneros.47 A continuación, un extenso ensayo de Ziehm, intitulado “El héroe” funge como introducción a los mitos y leyendas. En éste, la editora de los Textos nahuas analiza la importancia del héroe cultural y de otras figuras mitológicas como el piltontle, el hermano mayor, el viejo, la muerte, el diablo, la vieja, la muchacha; explica la relación entre los diferentes mitemas y establece comparaciones con las figuras mitológicas del México antiguo, así como con motivos de las mitologías amerindias de otras áreas culturales; además, aclara la proveniencia del Viejo Mundo de algunos elementos narrativos.48
Un aspecto que Preuss no destacó en la serie de ensayos que dedicó a los mexicaneros, es que la gran mayoría de los mitos narran la persecución de la estrella de la tarde por el monstruo telúrico. En el desenlace de estos relatos, el monstruo en forma de caimán arranca una pierna al héroe. Ziehm subraya la importancia de estos textos para el esclarecimiento de aspectos de la religión y la cultura de los antiguos mexicanos, en particular de algunos manuscritos pictóricos donde la escena aparece representada.49
Después de la introducción en nueve capítulos se presentan los primeros 60 textos en nahua y alemán; se consigna en cada caso quién fue el narrador.
De esta somera síntesis se desprende que la traducción al español del primer tomo encargada por el Instituto Nacional Indigenista a Mariana Frenk-Westheim y aparecida en la serie Clásicos de la antropología, en 1982, no permite apreciar su refinamiento metodológico, ni la serie de circunstancias personales, económicas, técnicas e históricas, que tuvieron que ser sorteadas para llegar a este resultado.
El segundo tomo entra directamente en materia. Con un ensayo intitulado “El bribón”, Ziehm introduce los siguientes 60 cuentos y bufonadas. Luego, en la segunda parte intitulada “La gente del Mezquital y su entorno” ofrece una caracterización de los narradores y de su relación con el etnólogo, así como una relación de los textos dictados por cada uno (incluso de los no editados en la versión final). En esta sección, Ziehm también presenta un comentario en el que pondera la calidad de cada uno de los cantadores y destaca los textos más interesantes. Más adelante explica cómo estableció el índice general de los textos nahuas y transcribe y comenta todas las anotaciones dispersas de Preuss. En un escrito de 25 páginas intitulado “Viajes a San Pedro Jícora”, Ziehm relata el derrotero de sus estancias en Huazamota y San Pedro Jícora. Durante éstas, hizo la etnografía del Cambio de Varas y Las Pachitas de los mexicaneros. Lo más sobresaliente de este capítulo son, sin embargo, las observaciones sobre la vida cotidiana de los indígenas y mestizos del sur de Durango, mismas que a menudo se ponen en relación con episodios de los cuentos. Por ejemplo, se describe la limpieza de los carretones donde se guarda el maíz y se explica que en los mitos sobre las muchachas maíz siempre se insiste en la importancia de mantener limpias las trojes. Destaca también una minuciosa descripción de la nixtamalización y de la preparación de las tortillas. En ocasión de la fiesta de quince años de la hija de un rico mestizo de Huazamota, la etnomusicóloga Ziehm no se muestra muy entusiasta por la música de los mariacheros locales, pero con mucho humor observa la imitación de costumbres citadinas que comenzó en Huaynamota después de la llegada de los primeros maestros de primaria.50 Cincuenta y seis fotografías cierran el tomo.
Un informe de la colección de textos y fonogramas registrado por Preuss durante su expedición al Nayarit inaugura el tercer tomo. En éste se incluye un relato de la suerte de los fonogramas durante la Segunda Guerra Mundial y sobre el proceso de su recuperación, se citan pasajes extraídos de las Actas elaboradas por Preuss en tanto que empleado del Museo Etnológico de Berlín y se reproduce además su correspondencia con el etnomusicólogo von Hornbostel. A continuación se reimprime un ensayo de Preuss intitulado “Los cantos religiosos y los mitos de algunas tribus de la Sierra Madre Occidental”. Luego se presentan los textos de la curación de los enfermos y de la curación del sueño, los cantos del xurawét (mitote), y los de Las Pachitas. En seguida, Ziehm presenta su “Complemento de Las Pachitas” que contiene, por un lado, las canciones que ella misma registró durante sus estancias en San Pedro Jícora y, por el otro, tres canciones más, la primera inédita aún, registrada por Preuss en Jesús María y descubierta en la libreta cora; la segunda intitulada “El Mexicano”, registrada por Téllez Girón en San Pedro lxcatán; y la tercera registrada por Fernando Benítez en Jesús María.
La segunda parte del tomo contiene el extenso comentario etnomusicológico de Ziehm dividido en cinco ensayos. En primer lugar, presenta su etnografía de Las Pachitas, acompañada de una serie de fotografías.
El segundo ensayo se llama “Análisis de los textos según su contenido, forma y técnica” y se subdivide en “Observaciones sobre los textos de Las Pachitas”, “La técnica de la improvisación”, “Observaciones sobre las oraciones” y “… sobre los textos del xurawét“.
En particular, las observaciones sobre Las Pachitas contienen interesantes apartados que abordan los problemas de “La palabra como portadora del acontecimiento festivo”, “La formación de los versos según el modelo del rito”, “Excursus sobre el canto de los coras en una lengua extranjera” y “Formación de estrofas: repetición, reducción, variación”.
El tercer ensayo es un estudio sobre el cultivo del maíz en relación con los ciclos rituales anuales de coras, huicholes, mexicaneros y nahuas antiguos del centro de México.
El cuarto ensayo, “La música de las tres tribus visitadas por Preuss”, consiste en un análisis etnomusicológico de la música ritual del Gran Nayar, en general. Se analizan cantos mexicaneros de Pachitas, cantos de mitote coras de Jesús María, Pachitas coras de San Pedro lxcatán y Jesús María, música de la danza cora de los maromeros de Jesús María, así como cantos huicholes provenientes de diferentes lugares (Santa Bárbara, Los Bancos, Huilotita), que corresponden a la cacería de venado, Hikuli Neixa, la fiesta de la Siembra, la preparación de los coamiles, la fiesta del Maíz Tostado, ritos de curación y la fiesta de la Calabaza. Se utilizan grabaciones realizadas con diferentes aparatos entre 1898 y 1968 por Lumholtz (huicholes), Preuss (huicholes y coras), Roberto Téllez Cirón (coras), Henrietta Yurchenco (huicholes), Fernando Benítez (coras) y la misma Elsa Ziehm (mexicaneros), pero la mayoría de las transcripciones musicales presentadas son de la autora. También se analizan algunos de los instrumentos musicales de la región, como el tambor huichol tepo, la tarima y el arco musical tunama. Finalmente, el quinto ensayo es un análisis de los Cantares Mexicanos a la luz de los resultados del ensayo anterior.51
Sirva esta semblanza del trabajo de edición e investigación de Elsa Ziehm para que en el futuro cercano esta obra llegue a ser de facto un clásico de la antropología mexicana.
Bibliografía
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Preuss, Konrad Th. y Elsa Ziehm, Nahua-Texte aus San Pedro Jícora in Durango. Erster Teil: Mythen und Sagen. Aufgezeichnet von Konrad Theodor Preuss, Aus dem Nachlass übersetzt und herausgegeben von Elsa Ziehm. Mit einem Geleitwort von Gerdt Kutscher, Quellenwerke zur Alten Geschichte Amerikas aufgezeichnet in den Sprachen der Eingeborenen, 9, IberoAmerikanisches Institut Berlin Preussischer Kulturbesitz, Berlín, Gebrüder Mann Verlag, 1968.
____________, Nahua-Texte aus San Pedro Jícora in Durango. Zweiter Teil: Märchen und Schwänke Aufgezeichnet von Konrad Theodor Preuss. aus dem Nachlass übersetzt und herausgegeben von Elsa Ziehm, Quellenwerke zur Alten Geschichte Amerikas aufgezeichnet in den Sprachen der Eingeborenen, 10, Ibero-Amerikanisches Institut Berlin Preussischer Kulturbesitz, Berlín, Gebrüder Mann Veriag, 1971.
____________, Nahua-Texte aus San Pedro Jícora in Durango. Dritter Teil: Gebete und Gesänge. Aufgezeichnet von Konrad Theodor Preuss. Aus dem Nachlass übersetzt und herausgegeben von Elsa Ziehm. Mit einem kapitel über die Musik der drei von Preuss besuchten Stümme, Quellenwerke zur Alten Geschichte Amerikas aufgezeichnet in den Sprachen der Eingeborenen, 11, Ibero-Amerikanisches Institut Berlin Preussischer Kulturbesitz, Berlín, Gebrüder Mann Verlag, 1976.
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Sobre la autora
Paulina Alcocer
Centro INAH Nayarit.
Citas
- John Bierhorst, “Elsa Ziehm 1911-1993”, en Zeitschrift für Ethnologie, 1996, p. 177. [↩]
- Gerdt Kutscher, “Berlín como centro de estudios americanistas: ensayo bio-bibliográfico”, en Indiana, 1976. [↩]
- Ibidem, p. 56. [↩]
- Elsa Ziehm, Rumänische Volksmusik, dargestellt an den Schallaufnahmen des Instituts für Lautforschung an der Universität Berlin, 1939. [↩]
- John Bierhorst, op. cit., 1996 y Elsa Ziehm, “Grammatik und Vokabujar der Nahua- Sprache von San Pedro Jicora in Durango”, 2003. [↩]
- Gerdt Kutscher, op. cit., 1976. [↩]
- John Bierhorst, op. cit., 1996, p. 178. [↩]
- Según Gerdt Kutscher (op. cit., p. 58), Ziehm presentó en 1976, como disertación doctoral, la investigación intitulada “Gebete und Gesänge der Nahua aus San Pedro Jícora in Mexico. Oraciones y cánticos de los nahuas de San Pedro Jícora, México”. [↩]
- Nahua-Texte aus San Pedro Jícora in Durango. [↩]
- Quellenwerke zur alten Geschichte Amerikas aufgezeichnet in den Sprachen der Eingeborenen. [↩]
- Konrad Th. Preuss, 1905. [↩]
- Konrad Th. Preuss, Fiesta, literatura y magia en El Nayarit, 1998 [1908], p. 214. [↩]
- Jungbluth, H., “Konrad Theodor Preuss und seine religionsgeschichtlichen Grundanschuungen”, Bonn, tesis doctoral, Universidad de Bonn, 1933. [↩]
- Konrad Th. Preuss, op. cit., 1998, p. 215. [↩]
- Ibidem, p. 267. [↩]
- Ibidem, pp. 214-215. [↩]
- Ibidem, p. 204. [↩]
- Ibidem, p. 201. [↩]
- Ethnologisches Museum SMPK, Berlin-Dahlem, Acta betreffend die Reise des Dr. Preuss nach Amerika, 21 de septiembre 1907. [↩]
- Jesús Jáuregui y Laura Magriñá, “Estudio etnohistórico acerca del origen de los mexicaneros (hablantes del náhuatl) de la Sierra Madre Occidental”, en Dimensión Antropológica, septiembre-diciembre, 2002. [↩]
- Cfr. Konrad Th. Preuss, Die Nayarit-Expedition, 1912. [↩]
- Konrad Th. Preuss, op. cit., 1998 [1908], pp. 201-212; [1908], pp. 213-234; [1925], pp. 333-348, [1925], pp. 349-354; [1928], pp. 355-364. [↩]
- Konrad Th. Preuss, op. cit., 1998, p. 210. [↩]
- Ethnologisches Museum SMPK Berlin-Dahlem. Acta betreffend die Reise des Dr. Preuss nach Amerika, 17 de febrero de 1907. [↩]
- Ibidem, 13 de abril de 1909. [↩]
- Konrad Th. Preuss, op. cit., 1998, p. 370. [↩]
- Idem. [↩]
- Cfr. Gerdt Kutscher, ‘Zum Geleit”, en Konrad Th. Preuss y Elsa Ziehm, Nahua-Texte aus San Pedro Jicora in Durango. Erster Teil: Mythen und Sagen, 1968, I, p. 6. [↩]
- Richard Thurnwald, “Nachruf auf K. Th. Preuss”, en Archiv für Religionwissenchaften, Leipzig, núm. 36,1939, p. 182. [↩]
- Notgemeinschaft der Deutschen Wissenschaft. [↩]
- Gerdt Kutscher, op. cit., 1968. [↩]
- Ibidem, p. 7. [↩]
- Konrad Th. Preuss y Elsa Ziehm, Nahua-Texte aus San Pedro Jicora in Durango. Erster Teil: Mythen und Sagen, 1968; cfr. Elsa Ziehm, “Nahua -Texte aus San Pedro Jicora in Durango”, en Festschrift zum hundertjährigen Bestehen der Berliner Gesellschaft für Anthropologie, Ethnologie und Urgeschichte 1869-1969, 1970, p. 259. [↩]
- El primer cuaderno abarca textos registrados del 9 al 30 de abril de 1907, la segunda del 30 de abril al 15 de mayo y la tercera del 15 al 28 de mayo del mismo año. [↩]
- Konrad Th. Preuss y Elsa Ziehm, op. cit., 1968, p.18. [↩]
- Konrad Th. Preuss y Elsa Ziehm, Nalíua-Texte aus San Pedro Jicora in Durango. Dritter teil: Gebete und Gesänge, 1976, p. 169. [↩]
- Proceso de modificación de la vocal radical y el cambio o desplazamiento de las consonantes. [↩]
- Elsa Ziehm, op. cit., 1970. [↩]
- Ibidem, p. 260. [↩]
- Aunque la numeración de Preuss consigna 117 entradas, algunas de ellas contienen varios textos, de modo que al ser editados su cantidad aumentó. [↩]
- Elsa Ziehm, op. cit., 1970, p. 260. [↩]
- Konrad Th. Preuss y Elsa Ziehm, op. cit., 1976, pp. 151-157. [↩]
- Elsa Ziehm, op. cit., 1970, p. 263. [↩]
- Konrad Th. Preuss y Elsa Ziehm, op. cit., 1968, p. 20. [↩]
- Tales como “doch”, “ja”, “und”, “daher”, “umzu”. [↩]
- John Bierhorst, op. cit., 1996, p. 178. [↩]
- “Una visita a los mexicaneros (aztecas) en la Sierra Madre Occidental” [1908], “La figura de la estrella matutina según registros de textos entre los mexicaneros del estado de Durango, México” [1925], “La diosa de la tierra y de la luna de los antiguos mexicanos en el mito de los actuales indígenas mexicanos” [1925] y “El mito de Cristo y otros mitos solares de los mexicaneros” [1928]. [↩]
- Johannes Neurath, “Konrad Th. Preuss y Elsa Ziehm, Nahua Texle aus San Pedro Jicora in Durango” (reseña), en Aída Castilleja y Jesús Jáuregui (coords.), “Las regiones indígenas en el espejo bibliográfico”, vol. 3, en prensa. [↩]
- Códice Borgia, lám. 51, Códice Fejérváry-Mayer, lám. 42, Códice Vaticanus, lám. B 26, Elsa Ziehm, op. cit., 1970, p. 260. [↩]
- Johannes Neurath, op. cit., en prensa. [↩]
- Idem. [↩]