El presente trabajo se propone mostrar que, en la sociedad colonial de Sonora, los grupos dominantes regionales estaban divididos y sus contradicciones restaban eficacia a sus actividades de colonización. De tales grupos: los misioneros de la Compañía de Jesús, los colonos civiles y los militares, los dos primeros contendían entre sí por el control de las comunidades indígenas y sus recursos, mientras que el tercero, dedicado más a actividades productivas y comerciales, contribuía a poner en riesgo la paz interna de la provincia y la defensa de sus fronteras de las incursiones apaches. Así, en la promoción de sus intereses particulares inmediatos, los tres grupos no podían sino abrir amplias oportunidades para que las comunidades indígenas sometidas desafiaran con éxito el orden sociopolítico colonial.
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