A mediados del siglo XIX surge la etnografía como disciplina científica, a la par de la literatura costumbrista, que recrea pasajes con tradiciones y costumbres en la vida de los pueblos. Desde esas diferentes ópticas, ambos procesos intelectuales tratan de explicar y describir pautas culturales. En el estado de Guerrero, México, Ignacio M. Altamirano produce una novela y textos donde el enfoque costumbrista permite al etnógrafo reconocer pautas y tradiciones, algunas de las cuales siguen vigentes hoy en día.
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