La vida cotidiana campesina de Alta Sabina, en la sierra de los Apeninos, Italia central, estuvo regida por una intensa religiosidad. En ella intervenían las estaciones y el ciclo litúrgico, se expresaba en todas las actividades agrícolas y/o pastoriles de cada familia y de cada una de las aldeas esparcidas por el territorio de Leonessa, en la provincia de Rieti.
Al finalizar el día, las familias se reunían en torno al fuego hogareño y después de escuchar las narraciones de los más viejos y rezar todos juntos el rosario, los más jóvenes besaban las manos de los padres, recibían su bendición y se iban a dormir. Se apagaban los mecheros, y cada uno en la oscuridad de su cuarto, rezaba la última oración del día, pero antes un adulto cubría las brasas con la ceniza recitando una fórmula para alejar al demonio de la casa durante la noche: “Tutti l’angeli su pe’ casa/ e lu diavulu sottu la bracia” (Todos los ángeles sobre la casa/ y el diablo bajo las brasas). Después de recitar esta fórmula, trazaba sobre las cenizas una cruz.
Existe una oración que ha sobrevivido gracias a las memorias prodigiosas de algunos ancianos, se refieren a ella con la frase con la que inicia: “A letto a letto mene vo” (A la cama me voy). En las investigaciones realizadas durante los años 2001 y 2003 en el territorio y en la ciudad de Leonessa (Provincia de Rieti, Lacio), hemos documentado numerosas versiones, que aquí presentamos en dialecto confrontándolas con otras italianas y europeas. Debido a la brevedad del artículo no expondremos todo el material recogido, sino sólo algunas de las fórmulas más significativas para el estudio de la religiosidad popular.
Las versiones
Versiones italianas
El material ha sido recopilado en varias de las 37 fracciones (distritos) que conforman la ciudad de Leonessa:
lo me ne vado a letto
co’l’angelo perfetto,
co’l’angelo maggiore,
co’Cristo Salvatore
co’santa Margherita
che Dio ce benedica
Sull letto ce stau Quattro angeli,
due da piedi e due da capu
‘n mezu a casa la Madre María
e l’angeli tutt’attornu
che vannu poe’lu mónnu
Me voy a la cama / con el ángel perfecto / con el ángel mayor [san Miguel] / con Cristo salvador / con santa Margarita / que Dios nos bendiga. /Sobre la cama hay cuatro ángeles / dos a los pies y dos en la cabecera / en medio la casa la Madre María / y todo alrededor los ángeles / que andan por el mundo.
En otras versiones, la Virgen dice al orante que estando despierto o dormido no tenga miedo: “…La Madona me lo disse, che vejassi e che dormissi, che paura non avessi…”.1 Este miedo puede ser a los muertos, vivos, o espíritus malos, es decir el demonio (confrontar con la versión de Ascoli Piceno ) o de las temidas brujas (streghe) quienes, aprovechando las tinieblas, pueden introducirse en las casa transformadas en animales.2
Otras regiones italianas, como Las Marcas, ofrecen abundante documentación sobre religiosidad popular. Al finalizar el siglo XIX, Antonio Gianandrea (1875) y Druso Rondini (1893)3 recogieron numerosas versiones de fórmulas de oraciones. Entre ellas, la versión de una oración nocturna se parece, por su estructura, a otras fórmulas conocidas como l’orologio (el reloj), de las cuales la más conocida es la que narra hora por hora la pasión de Jesucristo (l’orologio della passione). En cambio, en esta oración, la fórmula menciona un ángel a la una, otro a las dos, y así sucesivamente hasta las 10. En cada hora en la mayoría de las estrofas, la Virgen, está asociada a un santo para mayor protección del durmiente.4
Así como en Las Marcas, en otras regiones italianas se recogieron informaciones sobre la cultura popular de cada lugar durante el siglo XIX. Paolo Toschi explica por qué en este siglo se desarrolló más los estudios folklóricos en Italia:
Por dos razones principales: 1) la acción ejercitada por el romanticismo, que exaltó el pueblo como símbolo estético político y moral; 2) el hecho que durante el siglo XIX la historia de Europa fue caracterizada por la lucha por la formación de los Estados Nacionales y por la lucha por la independencia. En la poesía popular y, en general, en las tradiciones, se buscaron y se reconocieron los lineamientos distintivos del alma nacional.5
En un trabajo de campo realizado en el año 2003, por el antropólogo Mario Polia6 en la provincia de Ascoli Piceno, se lograron ampliar las versiones conocidas, gracias a documentos del siglo XIX, como las siguientes:
Alliétte alliétte me ne vajie,
quattr’angele ce trevajie,
do da cape do da pie’,
la Madonna accante a me,
la Madonna che me disse,
che paura non avesse
né de li morti né de li vive
né de li spirite cattive.
Tírete arréte, cosa trista,
che de te nen hai’paura.
La madona mefa secura,
La Madonna de tutte li sante,
Padre, Figliole e Spirde sante.
Je me facce quiste signe ‘n fronte
Ció che lu nemmiche ne m’ffronte
Né de notte, né de di,
Né lu punte de meri,
Né lu di, né la notte,
Né le punte de la mia morte.
Je me colche, nen sacce se m’arelleve,
Tre cose7
la chenfessio’, la chemmenio, l’olie sante,
Padre, Figliole e Spirde Sante8
A la cama, a la cama me voy / cuatro ángeles ahí encontré / dos a la cabecera dos a los pies / la Virgen junto a mí / la Virgen quien me dijo / que no tuviese miedo / ni de los muertos ni de los vivos / ni de los espíritus malos. /Vete atrás, cosa maligna9 / que no te tengo miedo. / La Virgen me hace segura / la Virgen de todos los santos / Padre, Hijo y Espíritu Santo. / Yo me hago este signo en la frente / para que el enemigo no se me enfrente / ni de noche ni de día / ni en el punto de la muerte / ni de día ni de noche / ni en el punto de mi muerte. / Me acuesto, ni se si me levanto de nuevo / tres cosas [pido] / la confesión, la comunión, el oleo santo / Padre, Hijo y Espíritu Santo.
…mi raccommanno,
a li dodici Apostoli,
i quattro angioletti.
Chi è che me sta da pe’?
L’angelo Michè.
Chi é che me sta da capo?
L’angelo beato,
Chi è che me sta sopra?
Gesucristo padrone…10
…me encomiendo / a los doce apóstoles / los cuatro angelitos. / ¿Quién está a mis pies? / El ángel Miguel. / ¿Quién está en mi cabecera? / El ángel beato. / ¿Quién está encima de mí? Jesucristo amo…
Otros estudios en esta región fueron llevados a cabo por Giovanni Crocioni en el decenio l940-1950.
En Venecia, Domenico Guiseppe Bernoni en su obra Preghiere Popolari Veneziane publicó en dialecto la siguiente fórmula:
Me ne vago in leto,
co’l’anzolo perfeto,
co’l’anzolo di Dio,
co’san Bartholomo,
co’la Madre benedeta,
co’santa Elisabeta,
co’i quatro evangelista
co’san Giovani Batista
che i me porta la so santa benedeta benedizion:
Gesù, Guisepe e Maria
Benedi’l cuor e l’anema mia11
Me voy a la cama / con el ángel perfecto / con el ángel de Dios / con san Bartolomé12 / con la Madre bendita / con santa Isabel / con los cuatro evangelistas / con san Juan Bautista / que me trae la santa bendita bendición / Jesús José y María / bendice mi corazón y mi alma.
A Pontelagoscuro, en la provincia de Ferrara, región de Emilia Romagna:
Mi na vaghia lett,
Cun Ranzol perfett,
Cun Ranzol de Dio.
Vi ricumanda l’anima mia,
Vu, Signor, ch’al savî13
Me voy a la cama / con el ángel perfecto / con el ángel de Dios. / A vosotros encomiendo mi alma / a vos Señor, que la salveís.
Varias versiones italianas de estas oraciones se refieren a “el ángel perfecto”, o sea al arcángel Miguel, “perfecto” por haberse enfrentado victoriosamente a Lucifer arrojándolo del cielo cuando éste quería igualarse a Dios.
Versiones de otros países de Europa14
En Francia, en el departamento de la Charente, se rezaba la oración conocida como “Le Petite Patrenôtre”, la cual hacia fines del siglo XIX dejó de recitarse poco a poco. A inicios del siglo XX, operadores mágicos populares (sorciers), atribuían a esta fórmula el poder de liberar del infierno a quienes hubiesen pactado con el diablo.
Existen numerosas versiones, presentamos la recogida en el distrito de Confolens hacia 1808:
La Petite Patrenôtre Blanche,
que Dieu fit, que Dieu dit,
que Dieu mit en paradis.
Au soir m’allant couchir,
je trouvis trosi anges dans mon lit couchis,
un aux pieds, deux au chevet,
la bonne Vierge Marie au milieu,
qui me dit, que je m’y couchis
que rien ne doutis.
Le bon Dieu est mon père,
la bonne Vierge est ma mère,
les trois Apôstres sont mes frères,
les trois Vierges sont mes soeurs
La chemise oú Dieu fut né
mon corps est enveloppé.
La croix de Sainte Marguerite
en ma poitrine est écrite…15
El pequeño Padre Nuestro Blanco / que Dios hizo, que Dios dijo / que Dios metió en el paraiso. / En la noche acostándome / encontré tres ángeles en mi cama / uno a los pies, dos a la cabecera / la buena Virgen María en el medio / que me dijo que al acostarme / que no dudase. / El buen Dios es mi padre / la buena Virgen es mi madre / los tres apóstoles mis hermanos / las tres vírgenes son mis hermanas. / En la camisa [placenta] donde Dios nació / mi cuerpo está envuelto. / La cruz de santa Margarita16 / está escrita sobre mi pecho.
Podemos comparar esta oración francesa con la oración leonessana:
lo me ne vado al letto,
co’la Madonna ‘n petto,
co’Santa Margherita,
Che Dio ce benedica17
Yo me voy a la cama / con la Virgen en el pecho / con Santa Margarita / que Dios nos bendiga.
En ambas se invoca a santa Margarita. A continuación una oración portuguesa del año 1887, en la que al igual que en la versión francesa y en las italianas, es la Virgen quien habla al orante y le dice, como ya mencionamos, no tener miedo.
Graças a Deus
Que já me deitei,
Com sete anjos
Me encontrei;
Três aos pés,
Quatro à cabeceira,
E Nossa Senhora
Na dianteira,
E ela me disse
-“Dorme e repousa,
Não temas
De nenhuma cousa.”
Persina-te
E persino-m’eu.
Benta é a hora
Em que Cristo nasceu18
Gracias a Dios / que ya me acosté / con siete ángeles / me encontré / tres a los pies / cuatro en la cabecera / y Nuestra Señora / adelante / y ella me dijo / Duerme y reposa / no temas / de ninguna cosa / persígnate / y me persigno / bendita es la hora / en que Cristo nació.
En otras oraciones, más bien son los ángeles quienes hablan, así en el “Petit Credo” de Ruffecoise y Poitevine (1880):
Un soir y mi couchit
i mi trouvis trois anges en mon lit
un au pieds, un au chevet
et l’autre au beau milieu.
A me dissit qu’Ime levisse
Qui me couchisse que rien m’appréhendisse,
Qui appellisse le bon Dieu mon père,
La bonne Vierge ma mère
En disant:
Au nom du père et du Fils et du Saint-Esprit19
Una noche me acosté / y tres ángeles en mi cama hallé / uno a los pies uno a la cabecera / y el otro justo en el medio. / Me dijeron que me levantase / que me acostase que nada temiese / que llamase el buen Dios mi padre / la buena Virgen mi madre / diciendo / En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.
El orante puede llegar a invocar la protección de una cantidad mayor de ángeles como en la versión alemana:
Abends, wenn ich zu bette geh,
vierzehn Engelchen um mich stehn:
zwei zu Häupten
Zwei zu Füssen
zwei zu Rechten
zwei zu Linken…
En la noche, cuando voy a la cama / catorce angelitos están conmigo: / dos en la cabecera / dos a los pies / dos a la derecha / dos a la izquierda…
Podernos establecer distintas hipótesis dentro del marco católico de por qué catorce ángeles: en el simbolismo cristiano pueden ser los catorce artículos de la fe, siete a la divinidad y siete a la humanidad, o también el catorce simboliza las obras de misericordia que son siete corporales y siete espirituales.
Junto con los ángeles, pueden cumplir el rol de protectores también los evangelistas, como en esta oración de la mitad del XIX proveniente de Lancashire, Gran Bretaña:
Matthew, Mark, Luke and John,
bless the bed that lie on;
there are four corners to my bed,
and four angels overpread,
two at the feet, two at the head.
If any thing me betide,
Beneath your wings my body hide.
Matthew, Mark, Luke and John,
Bless the bed that I lie on. Amen.20
Mateo, Marcos, Lucas y Juan / bendigan la cama donde estoy / cuatro esquinas tiene mi cama / y cuatro ángeles alrededor / dos a los pies, dos a la cabeza. / Si alguna cosa me ocurriese / escondan mi cuerpo bajo sus alas. / Mateo, Marcos, Lucas y Juan / bendigan la cama donde estoy acostado. Amén
En algunas miniaturas del siglo VIII, se representa a Jesús en medio y a los extremos a los cuatro evangelistas (ya sea como personas o los símbolos que los identifican).
También pueden ser cuatro santos que están a los lados de los brazos de una cruz formada por un escrito sacro, como hemos cotejado en una miniatura griega del siglo XI.
La invocación de protección por las cuatro direcciones de la cama pueden extenderse a la casa, como se pide en esta oración vasca conocida como “Nere gostziak lau kantoiñ” (Cuatro angelitos tiene mi casa):
Nere goatziak lau kantoiñ,
lauetan lau aingeru,
Amabergiña erdien,
Nere arimen guardien21
Cuatro angelitos tiene mi casa / dos a los pies, dos en la cabecera / la Virgen María es mi compañía…
El orante delimita un espacio resguardado por la protección de los ángeles. De esta manera, el que duerme queda a salvo, no teme de: ” los muertos ni de los vivos, ni de los espíritus malos” , de “la cosa maligna” “del enemigo”.
Otras fórmulas son más explícitas como las documentadas en el ámbito hispánico a las que pertenece la siguiente del Vocabulario de refranes y frases proverbiales (1627) de Gonzalo Correas:
Dios delante,
io tras él;
él ko[n]migo.
io kon él.
Dios konmigo,
io kon él
[o él primero
i io tras él]22
El investigador español José Manuel Pedrosa, pone en evidencia que en algunos enclaves criptojudíos en el norte de Portugal, recitaban una oración dedicada a Adonai (uno de los nombres sagrados de Jehová):
Adonai comigo
e eu con ele,
ele adiante
e eu atrás dele23
U otra que recitaban los judíos antes de dormir:
Deus comigo e eu co’Ele
Ele diante e eu detrás dele
O Senhor m’ajude
E o Senhor m’acompanhe
Assim pela noite toda.
Anjos que vindes a todas as horas,
vinde a esta hora…24
La oración de Escocia del siglo XVIII mantiene el esquema apotropaico:
God before me,
God behind me,
God above me,
God below me,
I on path of God,
God upon my path25
Dios delante de mí / Dios detrás de mí / Dios sobre mí / Dios debajo de mi / Dios sobre mi camino
La existencia de múltiples variantes de estas oraciones en el ámbito cristiano -las mismas que se hallan esparcidas por muchos países europeos- hace suponer, que se difundieron durante el Medioevo y en el Renacimiento, llegando muchas de ellas aún hasta nuestros días, si bien sólo los ancianos las rezan todavía.
Estas fórmulas de oración son, evidentemente, resultado de un sincretismo: las formas son cristianas católicas, los protagonistas también (La Virgen, ángeles, santos y santas), en cambio la estructura es precristiana, remontándose a fórmulas mágico-religiosas druidas y germánicas.
No sería de extrañar que en las zonas campesinas europeas donde aún se hallan vigentes formas tradicionales y se practican formas de curanderismo (por ejemplo entre los españoles o los portugueses) sean aún usadas fórmulas similares en rituales de protección.
Todas estas versiones de los siglos XIX y XX en su estructura apotropaica, formulada de acuerdo con el simbolismo de las direcciones del espacio, tiene un antecedente en el cristianismo céltico y en el mundo anglosajón, es decir, en la cultura celto-germánica.
El antecedente céltico
La estructura de estas oraciones se remontan a fórmulas usadas por los druidas célticos hasta llegar a los encantamientos (galdrar) de los sacerdotes-magos germánicos: los gudhijar. Estas fórmulas actuaban como corazas ya que protegían al que las recitaba recubriéndolo por todas las direcciones y defendiéndolo de toda maldad producida por los hombres y por los espíritus malignos. Al formar parte de las plegarias del cristianismo, fueron llamadas en latín loricae: Dios es coraza de los fuertes.
La siguiente fórmula era usada en el siglo VI:
Por todos los peligros que hay sobre la tierra y en el agua, por los fantasmas de todas las bestias […] por el fuego y por el rayo, por el trueno, por el granizo, por la nieve, por la lluvia […] por el terremoto, por todos los males, por el veneno, por las envidias y los ojeos, por los malos oídos, por los peligros de los lagos y de las tinieblas, por el demonio […] Protégeme Señor, por la derecha y la izquierda, por delante y por detrás, por debajo y por arriba […] cuando duermo, cuando estoy despierto […] en cada noche y en cada día de mi vida.26
La fórmula que sigue, conocida como “Faed Fianna”, (“Quejido del gamo”), ha sido atribuída al patrono y ápostol de Irlanda, san Patricio. En esta fórmula, la lorica incluye no sólo las cuatro direcciones del espacio sino también la dirección de arriba, la de abajo y el centro -que coincide con el corazón del orante- formando el número siete:
Cristo conmigo,
Cristo delante mío,
Cristo detrás de mí,
Cristo en mi,
Cristo debajo de mí,
Cristo sobre mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
Cristo donde yo estoy,
Cristo donde me siento,
Cristo donde me levanto,
Cristo en el corazón de cualquiera me saluda,
Cristo en la boca de cualquiera que me hable,
Cristo en los ojos de cualquiera que me mire,
Cristo en las orejas de cualquiera que me escuche
La fórmula continúa: “contra cada cruel, impiedosa fuerza que se opone a mi cuerpo y a mi alma; contra las profecías de los falsos profetas, contra las negras leyes del paganismo, contra las falsas leyes de los heréticos, contra la seducción de la idolatría, contra los encantamientos de las mujeres, de los magos y de los druidas (… ) contra el veneno, contra el incendio, contra las inundaciones, contra las heridas…”
El antecedente anglosajón
Una antigua fórmula mágica anglosajona, destinada a ser recitada con funciones apotropaicas y terapéuticas, cuenta cómo el dios Ódhinn-Wodan al comienzo de los tiempos otorgó el poder de curar a nueve plantas. Éstas, desde entonces, adquirieron virtudes medicinales. Ódhinn usa nueve signos rúnicos para despertar, en las plantas el poder de actuar como defensa no sólo en contra de las enfermedades sino también en contra de los espíritus malignos y de las influencias negativas (“venenos”) que llegan de las cuatro regiones del espacio:
…estas nueve [plantas] tienen poder en contra de nueve venenos (…) si algún maleficio viene volando desde oriente o viene del norte [o vuela desde el sur] o viene desde el oeste entre los hombres…27
La fórmula menciona las principales direcciones desde las cuales pueden llegar “venenos” y maleficios, o sea hechizos hechos por arte de magia. Los poderes otorgados a las plantas actúan no sólo en la tierra sino en las nueve regiones del espacio, o “mundos” de la cosmografía germánica siendo el nueve -entre los antiguos germanos-, el número que expresa la totalidad del cosmos.
Otro documento de los antiguos sajones, del siglo XII, es una fórmula mágica (gealdor)28 dirigida para producir la fertilidad de la Tierra protegiéndola de las influencias mágicas negativas. La Tierra se saluda, de acuerdo con la antigua mitología, como “Madre de los hombres”. El rito prescribe sacar al amanecer, desde las cuatro esquinas del campo, cuatro terrones para ponerlos encima del altar en la iglesia. Sobre de ellos deberán ser cantadas cuatro misas. En los cuatro hoyos que quedaron en el campo al arrancar los terrones, se depositan ofrendas de leche de varios animales junto con miel, aceite, levadura, cortezas de cada especie de árbol que crece en el campo y varias especies de hierbas. Antes de la puesta del sol, los cuatro terrones son devueltos a su sitio original poniendo, debajo de cada uno de los mismos, una cruz de álamo con el nombre de cada evangelista grabado en cada extremidad. Al encantamiento se le pide actuar para que la cosecha sea abundante. Al mismo tiempo, al Señor y a los santos se les pide conceder que:
…el producto de la Tierra quede asegurado en contra de todo enemigo, asegurado en contra de toda desgracia producida por la magia esparcida por la tierra (…) que ninguna mujer [hechicera] pueda ser tan hábil con sus palabras [mágicas] y ningún hombre tan poderoso que pueda voltear las palabras que han sido pronunciadas…29
También en este caso, como en el anterior, la eficacia de la fórmula actúa de acuerdo con el simbolismo espacial de la cruz engendrando una barrera eficaz en contra de los hechizos.
Saliéndonos del ámbito europeo, mencionamos brevemente a continuación cómo una de estas versiones es usada entre las operadoras terapéuticas, conocidas comúnmente como “parteras”.
Comparaciones con América Latina: caso Perú
Entre las parteras católicas de los Andes de la provincia de Ayabaca (departamento de Piura), se acostumbraba pedir la asistencia sobrenatural en el momento del parto. Éste, en las comunidades más alejadas, acontece en la casa. Cuando la mujer pare en la cama, se pide la protección de los ángeles por las “cuatro esquinas de la cama”: “Cuatro esquinas tiene mi cama, cuatro ángeles que me aguardan…”. Como en la versión proveniente de Lancashire, las cuatro esquinas, son resguardadas por cuatro ángeles.
Otra partera de la misma provincia, al momento de atender a una mujer para dar a luz dice una oración similar confundiendo a los ángeles con los evangelistas: “un ángel san Lucas…” Sin embargo, menciona al arcángel Gabriel:
Cuatro esquinas tiene mi cama,
cuatro ángeles de la guarda,
que san Cabriel es uno,
y ángel de la guardia el otro,
un ángel san Lucas,
y el otro San Pedro,
Ayúdame Señor por estos dolores que vienen
[en ese momento la partera toca el vientre de la mujer]
De esta persona
[va masajeando el vientre]
Dios conmigo y yo con él
Él Adelantito y yo atracito de él;
Para ser favorecido de las horas malas…30
El estudio comparativo con otras posibles versiones existentes en el ámbito latinoamericano -todas ellas provenientes de España-, es un tema aún por trabajar.
Bibliografía
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Cirese, Eugenio, Canti popolari della provincia di Rieti, Rieti, Nouva Almanacco, 1997 [1945].
Coelho, Adolfo, Obra etnográfica e outros materais para una etnografía de Portugal, Lisboa, Publicações Dom Quixote, 1993 [1887].
Colomba, S., S. Colombano, S. Brandano, S. Gildas, Anonomi, Dio è corazza del forti. Testi del cristianesimo celtico (VI-X sec.), Rimini, II Cerchio, 1998.
Chávez Hualpa, Fabiola, “Mujeres que curan, mujeres que creen. Un perfil de la medicina femenina”, en Despierta, remedio, cuenta…”: adivinos y médicos del Ande, 1996, pp. 671-830.
Crocioni, Giovanni, La gente marchigiana nelle sue tradizioni, Milano, Corticelli, 1951.
Donostia, José Antonio de, “Oraciones, prácticas religiosas y medicinales populares”, en Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, núm. 10, Pamplona, Aranzadi, 1972, pp. 5-33.
Gianandrea, Antonio, Canti Popolari marchigiani, Bologna, Arnaldo Forni Editore, 1967 [1875].
Leproux, Marc, Dévotions et saints guérisseurs, Paris, Presses Universitaires de France, 1957.
Pedrosa, José Manuel, Entre la magia y la religión: oraciones, conjuros, ensalmos, Oiartzun, Sendoa, Biblioteca Mítica, 2000.
Polia, Mario, Le rune e gli dèi del nord, Rimini, II Cerchio, 1994
____________, “Despierta, remedio, cuenta…”: adivinos y médicos del Ande. Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, 2 tomos, 1996.
____________, Tra Sant’Emidio e la Sibilla. Forme del sacro e del magico nella religiosità popolare ascolana. Comune di Ascoli Piceno. Assessorato alla Cultura. Bologna, Arnaldo Forni Editore, 2004.
Polia, Mario y Fabiola, Chávez Hualpa, Mio Padre mi disse. Tradizioni, religione e magia sui monti dell’Alta Sabina, Rimini, I1 Cerchio, 2002.
Rondini, Druso, Canti popolari marchigiani raccolti a Fossombrone ed annotati, Bologna, Forni, 1975 [1893].
Toschi, Paolo, Tradizioni popolari italiane, Torino, Edizioni RAI. Radio- televisione italiana, 1967.
Sobre la autora
Fabiola Yvonne Chávez Hualpa
Centro di Studi e Ricerche Ligabue.
Citas
* Este artículo forma parte de un trabajo de campo llevado a cabo gracias a una beca de investigación otorgada por el Ministero degli Affari Esteri de Italia. El material bibliográfico europeo fue obtenido gracias a una beca del Ministerio de Asuntos Exteriores de España y la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI).
- Mario Polia y Fabiola Chávez, Mio Padre mi disse.Tradizioni, religione e magia sui monti dell’Alta Sabina, 2002, p. 43. [↩]
- Uno de los animales en que a menudo se metamorfoseaban las brujas era la lechuza, ave muy temida. La creencia es muy antigua pues el nombre italiano strega procede del latín striga cuya traducción es ‘lechuza’. [↩]
- Antonio Gianandrea, Canti Popolari marchigiani, 1967 [1875] y Druso Rondini, Canti Popolari marchigiani raccolti a Fossombrone ed annotati, 1975 [18931. [↩]
- Druso Rondini, op. cit., pp. 164-165. [↩]
- Paolo Toschi, Tradizioni popolari italiane, 1967, p. 13. [↩]
- El doctor Polia, actualmente es uno de los investigadores dedicados con proligidad al estudio de la cultura popular campesina en Italia. Ha desarrollado estudios en Lacio, Las Marcas y actualmente en Valle d’Aosta. Ganador del premio Toschi a la investigación de campo en 1999. [↩]
- En esta parte faltaría: “Tres cosas… santas le pido a Dios…”. Las tres últimas líneas son una fórmula con que concluyen algunas oraciones populares. [↩]
- Mario Polia, Tra Sant’Emidio e la Sibilla. Forme del sacro e del magico nella religiositá popolare ascolana, 2004, p. 25. [↩]
- “Cosa trista” se refiere al diablo que merodea la cama en las tinieblas. [↩]
- Mario Polia, op. cit., 2004, p. 29. [↩]
- Citado en Adolfo Coelho, Obra etnográfica e outros materais para una etnografía de Portugal, 1993 [1887], p. 248. [↩]
- Uno de los doce apóstoles de Jesucristo. El cuerpo del santo fue llevado de Armenia a Sicilia y posteriormente a Roma, de ahí la gran devoción a este santo en algunas zonas italianas. En otras partes de Europa se recitaban oraciones con fines mágicos-religiosos como en España protege de los rayos, o entre los gallegos se dice una oración para curar a los mordidos y en Portugal existe una oración a San Bartolomé que termina de la siguiente manera: “…quatro cantos tem a casa/quatro anjos me alumeian/quatro anjos da guarda…” [↩]
- Citado en Adolfo Coelho, op. cit., p. 248. [↩]
- Las traducciones del alemán, francés y del vasco (sobre todo) son del doctor Mario Polia. [↩]
- Marc Leproux, Dévotions et saints guérisseurs, 1957, p. 16. [↩]
- Santa Margarita, mártir de Antioquia (275 d.C), eliminada del santoral en 1969, era patrona del parto. Se le representa con los brazos cruzados sobre el pecho (de ahí que se diga posiblemente la “cruz de santa Margarita”). En su iconografía los elementos asociados a ella son: el dragón, el azote, la palma de martirio y el demonio a sus pies. [↩]
- Mario Polia y Fabiola Chávez, op. cit., 2002, p. 42. [↩]
- Adolfo Coelho, op. cit., p. 246. [↩]
- Marc Leproux, op. cit., p. 19. [↩]
- Citado en Adolfo Coelho, op. cit., p. 247. [↩]
- José Antonio de Donostia, “Oraciones, prácticas religiosas y medicinales populares”, en Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, núm. 10, 1972, p. 25. [↩]
- José Manuel Pedrosa, Entre la magia y la religión: oraciones, conjuros, ensalmos, 2000. p. 32. [↩]
- Ibidem, p. 34. [↩]
- Ibidem, p. 35. [↩]
- Alexandre Carmichel, Cramina Gadelica. Hymns & incantations collected in the highlands an Islands of Scotland in the last century, 1994, p. 295. [↩]
- S. Colomba, S. Colombano, S. Brandano, S. Gildas, Anonomi, Dio è corazza dei forti. Testi del cristianesimo celtico (VI-X sec.), 1998, pp. 55-56. [↩]
- Citado en Mario Polia, Le rune e gli dèi del nord, 1994, pp. 113-117. [↩]
- El vocablo anglosajón gealdor procede del germánico galdr (plur. galdrar) que significa “canto mágico”, “fórmula de encantamiento”. [↩]
- Citado en Mario Polia, op. cit, 1994, pp. 113-117. [↩]
- Citado en Mario Polia, “Despierta, remedio, cuenta…”: adivinos y médicos del Ande, 1996, tomo II, p. 728. [↩]