Introducción
El genitivo es el caso asociado con la posesión; sin embargo en muchas lenguas,1 este caso presenta una amplia variedad de usos, es común que se exprese relaciones del tipo parte-todo, clase-miembro de una clase, material constituyente-cosa constituida, por nombrar sólo algunos ejemplos. La relación que guardan las diversas relaciones expresadas mediante el genitivo varía de lengua a lengua y muchas veces no resulta tan evidente como se desearía.
El genitivo purépecha no es la excepción, los usos que de él se registran en la actualidad van desde la expresión de una relación de posesión como en Pedruri t’arhéta ‘la milpa de Pedro’2 hasta aquellas que señalan el constituyente material de un objeto como en k’ájtsïkua p’ánikueri ‘sombrero de panicua (popote de trigo)’.3
Sin embargo esto no siempre ha sido así; en el siglo XVI el genitivo estaba restringido a una relación POSEEDOR-POSEÍDO en la que los poseedores eran más animados y más humanos. Las relaciones más alejadas de este ámbito -como la de material constituyente de un objeto- se expresaban mediante la yuxtaposición de los sustantivos implicados. El foco de interés de este trabajo es precisamente este fenómeno. Mi objetivo es mostrar el cambio lingüístico observable en el uso del genitivo purépecha en poco más de cuatro siglos.
Como se verá a lo largo de este trabajo, el cambio se produce tanto en la forma, como en la distribución y el significado del genitivo. Mientras la forma se reduce y se vuelve dependiente, la distribución se amplía y el significado se hace más esquemático.
La marca de genitivo para el siglo XVI era una forma independiente, es decir, una palabra: eueri. El significado de la relación que marcaba el genitivo en esta época estaba restringido fundamentalmente al ámbito de la posesión; el poseedor debía ser un sustantivo con los rasgos [ + animado] y [ + humano].
En la actualidad la marca de genitivo es una forma dependiente, es decir, un sufijo: eri que ha ampliado tanto su significado como su distribución. Hoy puede ocurrir con toda clase de sustantivos para indicar relaciones no sólo de posesión, sino también aquellas que en el siglo XVI se expresaban mediante la yuxtaposición de los dos sustantivos implicados.
Describo primero las características del genitivo en el siglo XVI (estado 1 de la lengua, E1) y luego hago lo mismo para el purépecha actual (estado 2 de la lengua, E2). Por último comparo la correlación que existe entre el grado de gramaticalización formal y el grado de generalización semántica del genitivo en los dos estados de lengua que aquí me ocupan -siglo XVI y siglo XX- y que conducen a hablar de un proceso de gramaticalización aparentemente no concluido.
Las fuentes documentales en las que me baso son de tres tipos: gramáticas, diccionarios y textos. Cuento con los tres tipos de fuentes tanto para la época colonial como para la época actual. Para el siglo XVI me baso en dos Artes coloniales (Gilberti, 1558; Lagunas, 1574), tres diccionarios (Gilberti, 1559; Lagunas, 1574 y el Diccionario Grande de autor anónimo, que data de finales del siglo XVI o principios del XVII) y los textos que se incluyen en el Arte de Lagunas (1574). Todos los textos coloniales que revisé son de carácter religioso, no he trabajado aún con textos de carácter civil; esto, como es lógico, limita el género literario y los contextos para el siglo XVI.
Las fuentes correspondientes al siglo XX están constituidas por los estudios gramaticales de dos autores contemporáneos (Foster, 1969; Friedrich, 197la, 197lb y 1984), un diccionario (Velásquez, 1978), y varios textos contemporáneos (narraciones y cuentos recopilados, transcritos, traducidos y editados en la última década).4 He utilizado los datos obtenidos directamente con un hablante5 como pruebas de control para el purépecha contemporáneo. En los enunciados que proceden de alguna gramática o diccionario cito al autor de la misma y la página correspondiente a la edición que se consigna en la bibliografía. En los enunciados que provienen de alguna de las narraciones en purépecha, consigno el nombre del texto de origen y el número progresivo que le corresponde al enunciado dentro del cuerpo de la narración. Por ejemplo (Irecha, p. 21) indica que el enunciado proviene del cuento titulado “Irecha enga no…” y que el enunciado en cuestión es el número 21 del texto. Los enunciados que me han sido proporcionados por mi informante están marcados como (Tatá Agustini). En los ejemplos que provienen de gramáticas, diccionarios y textos en purépecha respeto la ortografía que aparece en las obras correspondientes; en los ejemplos que he obtenido por elicitación directa con el hablante empleo ortografía práctica.6
Las construcciones de modificación en purépecha
Cuando se trata el tema del genitivo, uno de los principales problemas consiste en explicar la diversidad de usos que éste puede presentar en una determinada lengua. Algunos autores, entre ellos Seiler (1983) consideran que las distintas expresiones de genitivo realmente son tipos diversos de relaciones partitivas. Nikiforidu (1991) propone una explicación a partir de la relación POSEEDOR-POSEÍDO. En términos formales, un genitivo puede verse como una construcción de dos sustantivos en la cual uno de ellos modifica de alguna manera al otro. Esto lleva a considerar construcciones de modificación N + N en esta lengua.
Desde el siglo XVI hasta nuestros días, en purépecha se distinguen varios tipos de construcciones de modificación según la marca formal mediante la cual se expresan; estas construcciones son: la yuxtaposición, la construcción de genitivo y la construcción con anápu.
Mediante las dos primeras se expresan el mayor número de construcciones de modificación; la última se restringe a un campo muy específico: el lugar de origen.
La yuxtaposición
Es aquella construcción en la que los dos constituyentes se colocan uno al lado del otro sin que se anteponga, posponga o medie entre ellos ningún elemento. En tanto carece de marca formal, esta construcción puede considerarse como no marcada. La yuxtaposición puede esquematizarse de la siguiente manera:
N modif N núcleo7
La construcción de genitivo
Es aquella en la que uno de los constituyentes, el modificador, se distingue formalmente mediante una marca de genitivo. Esta construcción puede esquematizarse como sigue:
[N modif GEN] N núcleo
La construcción con anápu
El sustantivo modificador va seguido de la palabra anápu ‘origen’; estos dos elementos -el modificador y anápu- constituyen el elemento que modifica al núcleo. Se utiliza para indicar el ‘lugar de origen’ del referente indicado por el sustantivo núcleo. Esta construcción puede esquematizarse como:
N núcleo [N modif anápu]8
La marca de persona en términos de parentesco
Para dar cuenta del genitivo purépecha es pertinente considerar también la marca de persona en el ámbito del parentesco, aunque ésta no sea siempre, formalmente hablando, una construcción N N.9
Los términos de parentesco llevan el sufijo -emba para indicar ‘tercera persona poseedor’, y el sufijo -te para indicar ‘segunda persona poseedor’. Ejemplo:
El estudio diacrónico muestra que en los últimos cuatrocientos años el genitivo ha estado compitiendo con la yuxtaposición, mientras que la construcción con anápu ha permanecido relativamente estable. Este trabajo se centra en el análisis diacrónico de la construcción de genitivo; me ocupo de la yuxtaposición y de las otras construcciones en tanto me permiten delimitar el campo propio del genitivo en esta lengua.
Los estados de lengua
Las motivaciones del cambio que se observa en el genitivo purépecha provienen de tres áreas principales: la fonología, la sintaxis y la semántica. En lo que sigue describo la forma, distribución y significados que el genitivo y la yuxtaposición presentan en dos estados de lengua: el purépecha del siglo XVI y el purépecha actual. Trato brevemente las otras dos construcciones de modificación -la construcción con anápu y la marca de posesión en los términos de parentesco- en la medida en que sus usos se distinguen o se vinculan de los usos propios del genitivo.
Estado de lengua 1 (E1)
La construcción de genitivo
Las características de eueri para el siglo XVI pueden resumiese como sigue:
1) Formalmente se trata de una palabra independiente y no de un sufijo. El genitivo aparece inmediatamente después del sustantivo modificador y está en constitución inmediata con él.
2) Su distribución obedece a una escala de animacidad; dentro de dicha escala, eueri está limitado a una subclase de sustantivos, aquellos que presentan los rasgos [+ animado] y [+ humano].
3) Semánticamente su función principal era la de marcar una relación de posesión entre dos sustantivos: un poseedor con los rasgos [+animado] y [+humano] que funge como modificador, y un poseído, el núcleo.
La forma: el estatus del genitivo en E1
Aunque los autores coloniales se refieren a eueri como la marca de genitivo y la incluyen en el paradigma de casos del sustantivo purépecha, todo indica que en esta época eueri no formaba parte de la flexión del nombre sino que era una palabra independiente. Entre las razones para suponer que esto es plausible están su peso fonológico, las observaciones de Gilberti, la manera en que se consigna en las distintas Artes coloniales y el reconocimiento de su estatus léxico en el Diccionario Grande.
a) Peso fonológico. En purépecha una palabra puede estar constituida por una o más sílabas. Cada sílaba contiene un pico vocálico. Las palabras llevan acento obligatorio en una de las dos primeras sílabas (Foster, 1969, p. 28). Los patrones silábicos básicos según Friedrich (1984) son:
La mayoría de los temas tanto nominales como verbales son bisilábicos con acento en la segunda sílaba: CV CV. La mayoría de los sufijos están constituidos por una sola sílaba, presentan el patrón silábico CV y no llevan acento (Friedrich, 1984, p. 78).10 Ejemplos:
En la forma eueri se pueden observar tres picos vocálicos lo que la hace una construcción de tres sílabas cuyo acento debió haber recaído en alguna de las dos primeras sílabas; de acuerdo con esto, la marca de genitivo debió presentar alguna de las formas siguientes:
é -we -ri o bien e -wé-ri
Cualquiera que fuera la sílaba acentuada, las características que presenta la marca de genitivo en el purépecha del siglo XVI son más propias de una palabra que de un sufijo.
b) Friedrich (1971, pp. 170-172) ha observado que en el sistema vocálico del purépecha existen dos posiciones críticas propensas a experimentar cambios: los sufijos y la primera sílaba no acentuada de muchas de las raíces base y que los principales tipos de variación en vocales las experimentan las vocales medias /e, o/.
Si el acento de eueri recaía en la segunda sílaba, la primera sílaba quedaba constituida por una vocal media no acentuada: /e/, precisamente una buena candidata para experimentar algún tipo de modificación -la pérdida, por ejemplo.
c) Otra evidencia del estatus de eueri como una forma independiente en el siglo XVI aparece en las observaciones de Gilberti (1558, pp. 57-61). Este autor, siguiendo el modelo de las gramáticas latinas de la época, incluye dentro del paradigma de casos del sustantivo un caso genitivo cuya marca es eueri; sin embargo reconoce sólo tres casos como verdaderos, ninguno de los cuales es el genitivo: “En esta lengua no ay mas de tres casos, es a saber, nominativo, accusativo y vocativo.” Éstas son precisamente las formas que parecen ser, para esta época, verdaderas marcas morfológicas.
d) Por otra parte, en los textos coloniales eueri aparece escrito, la mayoría de las veces, como una palabra independiente que sigue inmediatamente al sustantivo que expresa el poseedor, ejemplo:
e) Eueri también aparece como una entrada léxica en el Diccionario Grande:
8) eueri suyo. Pedroeueri De Pedro, etcétera.
(D. G.l, p. 199)
La glosa de eueri como ‘suyo’ refiere a una posesión de tercera persona; el significado que se desprende de los usos documentados se puede glosar como ‘perteneciente a’; cualquier otro significado que eueri pudiera haber tenido en un estado de lengua anterior es opaco. El hecho de que en el siglo XVI el significado de eueri aluda directamente a una relación de posesión -y no presente un significado más concreto- indica que ya para esta época eueri presentaba un cierto grado de gramaticalización.
El conjunto de observaciones expuestas en los párrafos precedentes me conduce a considerar que la marca de genitivo en el siglo XVI se comporta más como una palabra que como un sufijo.
Una última observación acerca de la forma del genitivo purépecha en el siglo XVI que cabe hacer aquí es la referente a su estructura interna. En la construcción de genitivo para esta época se distinguen tres elementos: un núcleo, un modificador y el genitivo; el modificador y el genitivo forman el constituyente que modifica al núcleo. Esta construcción puede esquematizarse de la siguiente manera:
[[N modif GEN] N núcleo]
La distribución
En el siglo XVI los sustantivos purépechas se organizaron en una escala de animacidad; dicha escala distinguía formalmente los sustantivos inanimados de los animados y dentro de estos últimos los “racionales” -sustantivos con el rasgo [+ humano]- de los “irracionales” -sustantivos con el rasgo [-humano]-.11
Esta escala de animacidad se veía reflejada formalmente en la flexión del sustantivo: únicamente los sustantivos animados se pluralizaban y sólo los racionales podían llevar la marca de plural -echa, de acusativo -ni y de genitivo eueri.
El siguiente diagrama muestra la escala de animacidad que regía para el genitivo en el siglo XVI; únicamente llevaban eueri las construcciones en las que el modificador -el poseedor- era un sustantivo “racional”, es decir [+ animado] y [+ humano]; si el modificador no era “racional” -es decir, si era un animado no humano, o un inaminado-, se utilizaba la yuxtaposición:
Figura 1. Distribución de la marca de genitivo en el siglo XVI.
Los significados
Aunque el significado de la relación de modificación que se establecía en el siglo XVI mediante eueri se puede entender como básicamente de posesión, es posible distinguir otros usos muy cercanos a éste. Los significados que he documentado en el siglo XVI para la construcción con genitivo se resumen en la siguiente tabla:
Tabla 1. Relaciones de modificación que se expresan mediante la constitución de genitivo en el siglo XVI.
Los ejemplos que ilustran cada uno de estos tipos de relación de modificación son los siguientes:
Relación poseedor-pertenencia alienable
Se trata de la relación que se establece entre dos sustantivos uno de los cuales (el racional) expresa el poseedor y el otro, lo poseído. En esta construcción la marca de genitivo eueri aparece inmediatamente después del poseedor. Ejemplo:
Relación experimentador-experiencia12
El modificador expresa el experimentador y el núcleo la experiencia, la marca de genitivo aparece después del experimentador. Ejemplo:
Relación poseedor de un atributo-atributo
El modificador expresa el poseedor de un atributo y el núcleo el atributo. Aquí eueri aparece después del modificador. Ejemplo:
Relación parte-todo
El modificador expresa una parte del núcleo. Cuando la parte que se expresa es una parte intrínseca del todo, se habla de posesión inalienable; muchas lenguas expresan este tipo de posesión mediante marcas especiales; las partes del cuerpo son un buen ejemplo de posesión inalienable. En el siglo XVI el purépecha expresaba la relación parte-todo en humanos -es decir, las partes del cuerpo- mediante la construcción de genitivo; la marca de genitivo seguía al modificador. Ejemplos:
La yuxtaposición
La forma
En una construcción de yuxtaposición en donde ninguno de los sustantivos implicados aparece explícitamente marcado, se espera que el orden en el que aparecen los elementos en la construcción sea significativo para saber cuál es el sustantivo modificador y cuál el núcleo. En el siglo XVI el orden en las construcciones de yuxtaposición hasta ahora documentadas es consistentemente Modificador-Núcleo.
La distribución
La yuxtaposición es el mecanismo que se empleaba en el siglo XVI para expresar una relación de modificación entre dos sustantivos cuando el elemento modificador era un sustantivo no “racionar” -[-humano]- o un sustantivo inanimado (cfr. figura 1).
Los significados
Los diversos significados que he podido documentar hasta hoy para este tipo de construcción se resumen en la tabla 2.
Tabla 2. Relaciones de modificación que se expresan mediante yuxtaposición en el siglo XVI
Los ejemplos que ilustran cada uno de estos tipos de modificación son los siguientes:
Relación parte-todo
El modificador expresa el todo y el núcleo la parte; abarca dos posibilidades: que el todo sea un sustantivo animado no humano -es decir, “irracional”- o bien, que sea un sustantivo inanimado.
Obsérvese que en todos los casos anteriores el orden en el que aparecen los elementos yuxtapuestos es Todo-Parte.
Relación origen-elemento originario
Se trata de aquellos casos en los que el modificador expresa el origen del núcleo; el orden en el que aparecen los elementos es Origen-Elemento Originario; por ejemplo:
Relación clase-miembro de una clase
Aquí el modificador expresa la clase a la que pertenece el núcleo, el orden que presenta la construcción es Clase-Miembro de la clase; por ejemplo:
Relación material constituyente-cosa constituida
En esta relación el modificador expresa el material del que está constituida la entidad que representa el núcleo; el orden de los elementos es Material Constituyente-Cosa Constituida. Ejemplo:
La construcción con anápu
Cuando el modificador expresa el lugar de origen del núcleo, la construcción se marca con anápu ‘origen, barrio’ y no con eueri ‘genitivo’. Anápu aparece inmediatamente después del modificador. En este ejemplo el orden es Elemento originario-Lugar de origen.
La marca de persona en los términos de parentesco13
En el siglo XVI la posesión para los nombres de parentesco tiene una expresión formal particular; no hace uso de la construcción con eueri. Aunque Lagunas (1574, p. 140, f. 111) reconoce un “genitivo de parentesco” no está claro si éste formaba un paradigma completo. Se puede distinguir, para esta época, una terminación –te para la segunda persona y una terminación –emba para la tercera persona; en algunos sustantivos la ‘primera persona posesión de parentesco’ lleva la terminación –e (cfr,. ej. 29) y en otros ésta posesión no se marca (cfr. ej. 28):
En el siglo XVI con las palabras anhatapu ‘árbol’ y aselga ‘acelga’ el modificador que expresa la relación Parte-Todo lleva la marca -emba ‘3a persona parentesco’.14
El hecho de que estas palabras recibieran un trato similar al de los términos de parentesco puede obedecer a que en esta época dichos sustantivos estaban considerados, de alguna manera, dentro de esta subclase de sustantivos.
Estado dos de lengua (E2)
La construcción de genitivo
Las características que presenta la marca de genitivo en el purépecha actual pueden resumiese de la siguiente manera:
1) Formalmente ha habido un desgaste de la marca de genitivo: eueri ha pasado a ser eri;15 Este desgaste va acompañado de una fusión; la marca de genitivo ha dejado de ser una forma independiente y ha pasado a ser un sufijo. La construcción de genitivo en el purépecha actual se realiza mediante una marca morfológica.
2) Su distribución se ha ampliado. Actualmente el sufijo de genitivo en purépecha no se encuentra restringido a la subclase de sustantivos “racionales” -con los rasgos [+ animado] [+ humano]-. El morfema {-eri} puede hoy sufijar a cualquier clase de sustantivos; se le puede encontrar con sustantivos que presentan los rasgos [-humano] e incluso [-animado]. Por lo tanto, se puede hablar de una generalización en el uso de la forma.
3) Semánticamente ha habido una generalización del significado. Las relaciones que se establecen entre los dos sustantivos mediante el sufijo de genitivo ya no son sólo relaciones de posesión propiamente dicha. La construcción de genitivo en purépecha cubre hoy otros significados -como el de materia constitutiva- que en el siglo XVI se expresaban mediante la yuxtaposición.
A una generalización de la forma corresponde una generalización del significado; la extensión en la distribución del genitivo está en correspondencia con el desarrollo de un significado más esquemático del mismo. En el siglo XVI el genitivo estaba restringido a una subclase de sustantivos -los llamados racionales- y al ámbito estricto de la posesión; hoy sufija a toda la clase de sustantivos y marca una amplia gama de relaciones que van más allá de la posesión propiamente dicha. En otras palabras, el genitivo purépecha ha experimentado un proceso de gramaticalización.
La forma
Se observa un desgaste fonológico de eueri. Se han perdido dos fonemas y ha quedando únicamente el segmento /eri/.16 Junto con el desgaste fonológico hay también una pérdida de su independencia sintáctica. Este segmento se ha sufijado al modificador; como sufijo experimenta procesos morfofonológicos similares a los que se observan en otros sufijos, por ejemplo -echa ‘plural’. Foster17 (1969, p. 35-36) reconoce, para el dialecto del lago, dos procesos morfofonémicos que se observan cuando el sufijo de plural {-eca} o el de genitivo {-eri} se unen a un nominal: la pérdida de la vocal //e// y la asimilación de //a//:
Pérdida de e
El morfema //e// en el ambiente morfofonémico posterior a i, ï, se realiza como 0.
//e// í-,ï- ___: /O/
Ejemplos:
32) //wa=ri -eri//: /wáriri/ ‘de la mujer’
33) //kaua =si -eca// : /kawásija/ ‘chiles’
Asimilación de a
El morfema //a// en el ambiente morfofonémico anterior a e, se realiza como e.
//a//____(.´.)= e : /e/
Ejemplos:
34) //eré= ta -eca// : /eréteeca/ ‘pueblos’
35) //marí= kwa -eri// : /maríkeeri/ ‘de la muchacha’
Friedrich (1984, p. 79), quien trabaja principalmente con el dialecto de la sierra, analiza el cambio morfofonológico de la siguiente manera: antes del plural -ca, el genitivo -ri, y el verbalizador existencial -s, las vocales finales /i/, /e/, /ï/ se geminan. Se añade /ee/ a cualquier otra vocal (/a/, /o/, /u/); si la vocal final es /a/, ésta se suprime, por ejemplo:
Gómez, Pérez y Rojas (1985, pp. 60-61) hablan de una variación fonológicamente condicionada de la marca de plural:
Si bien las soluciones son diferentes, los tres análisis concuerdan en señalar que cuando la marca de genitivo se une a un tema nominal se observan cambios morfofonémicos similares a los que experimenta el sufijo de plural -echa. Este fenómeno no se observa en E1, (cfr. ejemplos 12 y 14).
En lenguas con marcas de número y caso, tipológicamente es común que la marca de número preceda a la marca de caso. En purépecha también se observa este orden, el sufijo de plural -echa precede al sufijo de genitivo -eri. Ejemplo:
La distribución
La escala de animacidad dentro de la cual se organizaban los sustantivos purépechas en el siglo XVI ha dejado de reflejarse formalmente en la flexión nominal. En el purépecha actual, todos los sustantivos pueden llevar tanto la marca de plural como la de genitivo -eri.
Actualmente una relación de modificación entre dos sustantivos se construye obligatoriamente con la marca de genitivo cuando el modificador es un sustantivo animado; cuando el modificador es inanimado suele usarse la construcción de genitivo -aunque éste no siempre es el caso.
El siguiente diagrama muestra la escala de animacidad que rige hoy para el genitivo purépecha:
Figura 2. Distribución de la marca de genitivo en el siglo XX.
Los significados
En el purépecha actual se construyen formalmente con el genitivo -eri (la forma actual de eueri) no sólo todas las relaciones que lo hacían así en el siglo XVI, sino también todas aquellas que se manifestaban en la época colonial mediante la yuxtaposición de los elementos. Por lo tanto, la diversidad de significados que presenta hoy esta construcción es más amplia. Las diferentes relaciones de modificación expresadas mediante la construcción de genitivo que documento para el purépecha actual se resumen en la tabla 3.
Tabla 3. Relaciones de modificación que se expresan mediante la construcción de genitivo en el purépecha actual
Las construcciones de modificación resumidas en la tabla 3 se ilustran con los siguientes ejemplos:
Relación poseedor-pertenencia18
En esta relación el término marcado es aquel que expresa el poseedor, es decir, el modificador. Ejemplo:
Relación experimentador-experiencia
Esta relación se sigue construyendo con la marca de genitivo; el término marcado es el experimentador -nuevamente el modificador-; por ejemplo:
Relación poseedor de un atributo-atributo
Al igual que en el purépecha del siglo XVI, esta relación se expresa en la actualidad con la construcción de genitivo. El término marcado es el poseedor del atributo, es decir, el modificador; ejemplo:
Relación parte-todo
Como he mostrado, en el siglo XVI esta relación llevaba la marca de genitivo cuando el sustantivo que expresaba el total era un “racional”, en todos los otros casos se utilizaba la yuxtaposición (cfr. ejemplos 13 y 14 vs. 15 a 17). Actualmente se usa la construcción de genitivo aun cuando el modificador, es decir, el sustantivo que expresa el total sea un inanimado. El término marcado es el modificador -aquél que expresa el todo. Ejemplos:19
Relación origen-elemento originario
En el purépecha actual esta relación se puede expresar mediante los dos tipos de construcciones. Cuando se emplea la construcción de genitivo el término marcado es el elemento que expresa el origen, es decir, el modificador. Doy aquí ejemplos de la construcción con genitivo, más tarde ilustraré la construcción por yuxtaposición:
Relación clase-miembro de una clase
Esta relación, que en el siglo XVI se expresaba exclusivamente mediante yuxtaposición; hoy puede formalizarse mediante la construcción de genitivo. Si este es el caso, el término marcado es el modificador, es decir, el sustantivo que expresa la clase, por ejemplo:
A diferencia de lo que ocurría en el siglo XVI, actualmente cuando el poseedor es un [+animado] [-humano], la relación Clase -Miembro de una clase también se expresa mediante la construcción con genitivo y no por medio de la yuxtaposición (cfr. ejem. 21), por ejemplo:
Relación material constituyente-cosa constituida
Actualmente es posible establecer esta relación mediante una construcción de genitivo; en ella el término marcado es el modificador -aquel que expresa el material constituyente-, ejemplo:
La yuxtaposición
La forma
En el purépecha actual documento apariciones tanto del orden Modificador-Núcleo como del orden Núcleo-Modificador. Ejemplos:
La distribución
Las yuxtaposiciones que documento para el purépecha actual corresponden a construcciones con modificador inanimado; esto evidencia un proceso de reducción en el empleo de este mecanismo si se tiene en cuenta que en el siglo XVI la yuxtaposición se empleaba también en aquellas construcciones que tenían un [-humano] como modificador (cfr. figura 2).
El significado
Aunque ahora la construcción de genitivo ha cubierto todas las relaciones que en el siglo XVI se expresaban mediante yuxtaposición, este procedimiento sigue vigente en el purépecha actual aunque ha dejado de ser el más generalizado. Las relaciones de modificación expresadas mediante yuxtaposición que he podido documentar para el purépecha actual se resumen en la tabla 4.
Tabla 4. Relaciones de modificación que se expresan mediante yuxtaposición en el siglo XX
Los ejemplos que ilustran cada una de estas relaciones de modificación son los siguientes:
La construcción con anápu
Hoy, al igual que en el siglo XVI, para indicar el lugar de origen de un elemento sigue utilizándose la construcción con anápu.
La marca de persona en términos de parentesco
Foster (1969, p. 80) reconoce para el purépecha actual, dos sufijos posesivos personales totalmente productivos: un morfema {te} ‘sufijo posesivo de segunda persona’ y un morfema {empa} ‘sufijo posesivo de tercera persona’. Los ejemplos que da para estas dos marcas son los siguientes:
62) //wa=ciempa//: /wásimpa/ ‘su hijo’
63) //wa=cite// ‘tu hijo’
Paul de Wolf (1989, p. 591) reconoce un sufijo -te ‘pos 2 sg/pl (con nombres de parentesco)’, y un sufijo -empa -ampa -mpa ‘3 posesivo’. Swadesh (1969, p. 50) habla de un enclítico pronominal -te ‘tuyo, con parentescos y algunos introductivos’, y de un ‘sufijo inflectivo del nombre’ -pa, -m -ba ‘pariente suyo’.
No he documentado en textos ni la marca para parentesco de primera persona -e que consigna Lagunas (1574) para la época colonial, ni la marca para parentesco de segunda persona -te; en cambio documento frecuentemente la forma de tercera persona con la marca -emba; esta forma con -emba se entiende como parentesco de tercera persona, por ejemplo:
El parentesco de tercera persona también se puede construir con el pronombre posesivo correspondiente; cuando éste es el caso, el sustantivo aparece sin la terminación -emba, por ejemplo:
Cuando el término de parentesco para padre no lleva marca ni pronombre posesivo, se entiende como posesión de primera o segunda persona,20 ejemplo:
Actualmente, a diferencia de lo documentado para el siglo XVI, la marca -emba ‘parentesco de 3a persona’ no ocurre en construcciones Parte-Todo que llevan como modificador la palabra anhátapu ‘árbol’. Para expresar esta relación, al igual que para cualquier relación Parte-Todo, en estos casos se utiliza una construcción de genitivo. La marca de genitivo aparece sufijada al modificador, es decir al todo; ejemplo:
Este hecho podría entenderse como una recategorización del sustantivo para árbol.
Un caso de gramaticalización
Desde un punto de vista diacrónico la gramaticalización es un proceso que desarrolla nuevos elementos gramaticales a partir de elementos que originalmente eran léxicos y hace a los elementos gramaticales aún más gramaticales (Lehmann, 1986, p. 3; Kurylowicz, 1965, p. 69). Las características del cambio lingüístico descrito muestran un proceso de gramaticalización que implica un cambio tanto de forma como de significado: por una parte, disminuye la autonomía de la forma; por la otra, se desarrollan significados más generales.
Esta correlación entre el grado de esquematización semántica de un morfema gramatical y su grado de fusión con otros elementos ha sido señalada, entre otros autores, por Bybee y Pigluica (1985) quienes subrayan la importancia de los estudios diacrónicos para el conocimiento de los fenómenos de gramaticalización. Estos autores proponen que el cambio semántica que conduce al desarrollo del significado gramatical de una forma se desarrolla a partir de un significado léxico primitivo mediante un proceso de generalización o debilitamiento del contenido semántica.
Esto es precisamente el proceso que se observa en el desarrollo del genitivo purépecha. Los datos muestran que la construcción de genitivo en los últimos cuatro siglos ha ampliado su distribución y ha adquirido un significado más esquemático perdiendo con ello especificidad semántica.
En el siglo XVI el significado fundamental de la construcción de genitivo era el de posesión. Las relaciones quedaban circunscritas a aquellas construcciones en donde el modificador era un sustantivo “racional’. La forma que marcaba la construcción de genitivo presentaba un alto grado de independencia.
La tabla 5 resume las relaciones de modificación que he registrado para el siglo XVI de acuerdo con su forma de expresión. Como puede apreciarse en esta tabla, en el siglo XVI la construcción con la marca de genitivo eueri era la más restringida, se limitaba a señalar diversas relaciones de posesión en donde el poseedor era un sustantivo [+ animados] [+humanos]. La construcción más generalizada para esta época era aquella que se expresaba mediante la yuxtaposición de los dos elementos implicados; esta construcción abarcaba significados que van más allá de la posesión propiamente dicha. La yuxtaposición se utilizó en construcciones en donde el modificador era un sustantivo -[ + animado] [-humano]- o un sustantivo inanimado.
Tabla 5. Relaciones de modificación documentadas para el siglo XVI
Esta distribución de las construcciones de modificación se invierte en el purépecha del siglo XX. Actualmente se observa que -a diferencia de lo que ocurría en el siglo XVI- la construcción con la marca de genitivo -eri es la más generalizada; aparece con cualquier clase de sustantivos y mediante ella se pueden expresar todos los tipos de significado que en la época colonial eran propios de la yuxtaposición. Hoy la construcción más restringida es la yuxtaposición; se han documentado yuxtaposiciones únicamente con sustantivos [-animados] para expresar relaciones del tipo Origen-Elemento originario, Clase-Miembro de una clase y Constituyente Material-Cosa Constituida.
El siguiente cuadro resume las relaciones de modificación que he documentado para el siglo XX de acuerdo con su forma de expresión:
Tabla 6. Relaciones de modificación documentadas para el siglo XX
Existen dos razones que permiten hablar de la gramaticalización de la construcción del genitivo en el purépecha actual: la primera es que el genitivo ha perdido los rasgos específicos de significado que lo caracterizaban; hoy marca, además de una relación de posesión, todas las otras relaciones de modificación que en el siglo XVI eran propias de la yuxtaposición. La segunda es que en la actualidad tiene una distribución más general; en el purépecha actual el genitivo puede ocurrir con cualquier clase de sustantivos, ya no está circunscrito, como lo estaba en la época colonial, a los sustantivos “racionales”.
Al mismo tiempo, la marca de genitivo ha experimentado un proceso de erosión fonológica (eueri > -eri) y ha perdido el grado de autonomía formal que la caracterizaba en el siglo XVI; ha pasado de ser una forma libre a ser claramente un sufijo; una prueba de ello es que la marca de genitivo experimenta hoy los mismos procesos morfofonémicos que sufren otros morfemas (por ejemplo, el plural).
El proceso de gramaticalización del genitivo purépecha puede apreciarse en la figura 3.
Conclusiones
Las diferencias de forma, distribución y significado que se observan entre el genitivo purépecha del siglo XVI y el actual evidencian un proceso de gramaticalización.
El análisis diacrónico muestra que el genitivo ha desarrollado un significado más gramatical a partir de un significado más específico y ha incrementado el grado de gramaticalización formal que presenta; esto último se manifiesta en dos aspectos: por un lado disminuye su autonomía formal; y por el otro, su distribución se generaliza -una forma con una distribución restringida en E1 pasa a ser una forma con distribución más generalizada en E2. En cada uno de los estados de lengua analizados se observa una correlación entre el grado de generalización semántica y el grado de gramaticalización formal del genitivo.
Figura 3. Cambios experimentados por el genitivo purépecha.
En E1 el genitivo tiene un significado más específico (marca fundamentalmente relaciones de posesión), una distribución limitada (a los sustantivos ‘racionales’) y su forma presenta un alto grado de autonomía.
En E2 el genitivo tiene un significado menos específico (marca casi todas las relaciones de modificación que se establecen entre dos sustantivos), una distribución más amplia (no está limitado a una clase específica de sustantivos) y una forma ligada (ha experimentado desgaste fonológico y ahora es un sufijo).
El parentesco y el lugar de origen, dos relaciones que tradicionalmente se han asociado a los usos del genitivo en otras lenguas, se mantienen desde el siglo XVI como áreas especiales y como tales se manifiestan con mecanismos y marcas propios. Es un hecho que actualmente aún conviven las dos formas de marcar una relación entre dos sustantivos: la yuxtaposición y la construcción de genitivo y que se prefiere la construcción de genitivo en lugar de la yuxtaposición.
Un factor fundamental para entender cabalmente el cambio lingüístico que ha experimentado el genitivo purépecha es el cambio en los límites en la escala de animacidad. Los nuevos significados que el genitivo expresa hoy, así como la ampliación de su distribución, tienen que ver con el hecho de que en el purépecha actual es posible marcar con el sufijo de genitivo un sustantivo inanimado. Sin embargo poco se sabe acerca de los límites reales de la jerarquía de animacidad en esta lengua. Es urgente estudiar la redefinición de estos límites en el p’urhépecha actual y sus consecuencias no sólo para el genitivo, sino también para otras categorías de la lengua.
Abreviaturas
D.G.1 Diccionario Grande, tomo 1
D.G.2 Diccionario Grande, tomo 2
DEM demostrativo
GEN genitivo
IMP imperfecto
INS instrumental
LOC locativo
PAS pasado
PL plural
SUB subordinación
SUBJ subjuntivo
V Diccionario de Pablo Velásquez
lIND primera persona del indicativo
3IIND tercera persona del indicativo
3PAR parentesco de tercera persona
1POS primera persona posesivo
Corpurs
[Referencias bibliográficas]
Diccionarios
Diccionario grande de la lengua de Michoacán por autor o autores desconocidos [segunda mitad del siglo XVI o primera del XVII], 2 vols. Introducción, paleografía y notas J. Benedict Warren, Morelia, Michoacán, Fimax (Colección Fuentes de la Lengua Tarasca o Purépecha, V), 1991, 1554 pp.
Gilberti, Maturino, Diccionario de la lengua tarasca o de Michoacán [Impreso en México en el año de 1559], edición facsimilar, nota preliminar del Profr. José Corona Núñez, Morelia, Michoacán, Basal Editores, 1975, 519 pp.
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Gramáticas
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Friedrich, Paul, “Tarascan: From Meaning to Sound”, en Robert Wauchote (ed.gral.), Supplement to the Handbook of Middle American Indians, vol. 2, Linguistics, Austin, University of Texas Press, 1984, pp. 56-82.
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Lagunas, Fray Juan Baptista, “Arte”, en Arte y diccionario con otras obras en lengua michuacana (1574), edición facsimilar, introducción histórica con apéndice documental y preparación fotográfica del texto por J. Benedict Warren, Morelia, Michoacán, 1984.
Textos
Lagunas, Fray Juan Baptista, “Confesionario”, en Arte y diccionario con otras obras en lengua michuacana (1574), edición facsimilar, introducción histórica con apéndice documental y preparación fotográfica del texto por J. Benedict Warren, Moreha, Michoacán, 1984.
Textos que se trabajaron:
Examen sobre los X mandamientos, p. 405-412, fo. 1-8
Examinación y preparación para bien
confesar, sobre los X mandamientos
de nuestro señor Dios, 412-121, fo. 8-17
De los sanctissimos sacramentos,
y muy provechoso para todos, 421-423, fo. 17-19
Confessionario breve, 423-427, fo. 19-23
Para la comunión, 428-430, fo. 24-26
Comunion. Otra más larga preparación, 430-436, fo. 26-32
Las palabras para la Sanctissima comunion, 436-438, fo. 32-34
Declaracion y sermon de los artículos, 438-453, fo. 34-49
de nuestra S Fe catholica,
Segunda parte. Sobre el credo, 453-564, fo. 49-60
Sermon de auditione verbi dei, 464-483, fo. 60-79
Para la Ho. de la Mu., 484-494, fo. 80-90
Miserere y letanias, 495-511, fo. 91-107
Programa de Investigación y estudio de la cultura p’urhépecha, Cuentos p’urhépecha, Morelia, Michoacán, Comité Editorial del Gobierno del Estado, s/f. Recopiladores: Lucas Gómez Bravo, Margarita Morales Medina, Ana Rocío Zamudio. Traductores: Felipe Chávez Cervantes, Lucas Gómez Bravo, Irineo Rojas Hernández, Alejandro Cruz Alcántar y Margarita Morales Mediana.
Cuentos que se trabajaron:
Acháti ka akuítse (acháti)
(La culebra y el señor)
Autor: Carlos Hernández Guadalupe
pp. 5-9
Ch’enchéqui iósti (ch’enchéqui)
(Burro largo)
Autora: Frida Juanpedro Guadalupe
pp. 20-23
Jerónimu Mateo, Gilbertu, “P’urhepecha jimbó. Página p’urhépecha”, en La Voz de Michoacán, Diario matutino, Morelia Michoacán, Director General Miguel Median Robles, Sección B. Culturales.
Textos que se trabajaron:
Juchári jorhoájperakua (juchári)
(Solidaridad p’urhépecha)
Autor: Benjamín González Urbina
Procedencia: Pichátaro, Michoacán
Transcripción, edición y traducción: Gilberto Jerónimo Mateo
Domingo 1 de noviembre de 1992, p. 12-B
Itsi ueratarhu ‘kuineo’ (kuineo)
(El ojo de agua Kuineo)
Autor: Eufemio Maya Guzmán
Procedencia: Ichen, municipio de Cilchota
Transcripción y traducción: Gilberto Jerónimo Mateo
Domingo 8 de noviembre de 1992, p. 12-B
Dirección General de Culturas Populares/Instituto Nacional Indigenista, “Nuestra palabra (Juchari uandákua). Narrativa purépecha”, en El Nacional, suplemento especial, año 1, No. 6, 3 de abril de 1990, Editor responsable José Carreño Carlón. Selección de contenidos Natalio Hernández y Rafael Gamallo, Recopilación y traducción Valente Soto Bravo.
Texto que se trabajó:
uátsi xúmarhu anápu (xúmarhu)
(La muchacha de las nubes)
Autor: Alberto Sebastián Mateo
Procedencia: Tarecuato
p. 6
Bibliografía
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Sobre la autora
Frida Villavicencio, CIESAS.
Citas
- El ejemplo mejor documentado lo constituyen, sin duda, lenguas indoeropeas como el griego y el latín. [↩]
- Pedrueri tarhéta/Pedro-GEN milpa/ “la milpa de Pedro” [↩]
- K’ajtsïkua p’ánikua-eri/sombrero panicua -GEN/ “sombrero de panicua”. [↩]
- Para las ediciones manejadas véase Corpus [Referencias Bibliográficas]. [↩]
- El Sr. Agustín Téllez de la comunidad de Tiríndaro, Zacapu, Michoacán. Referido como (Tatá Agustini). [↩]
- Desde el inicio del Proyecto Tarasco (1939) se han discutido diferentes propuestas de ortografía práctica y existe ya cierto consenso al respecto. Aquí sigo la ortografía que está siendo utilizada en el Programa de Investigación y Estudio de la Cultura P’urhépecha y en la Página P’urhépecha. [rh] vibrante retrofleja, [ts] africada alveolar sorda, [ï] vocal media alta, [x] fricativa patatal sorda, [j] fricativa velar sorda, [ch] africada alveolar sonora, [nh] nasal velar, después de consonante indica aspiración. [↩]
- En purépecha actual el orden de los elementos puede ser tanto [N modif N núcleo] como [N núcleo N modif]. En el siglo XVI se observa una clara tendencia al orden [N modif N núcleo]. Esta observación sobre el orden de los elementos vale también para la construcción de genitivo. [↩]
- Este es el orden preferencial de la construcción con anápu en el siglo XX. [↩]
- Una construcción como Juánu tátemba “el padre de Juan”, se puede ver como una construcción N N en donde el primer elemento es el modificador y el segundo el núcleo. La marca -mba “tercera persona poseedor” recae sobre el número y no sobre el modificador; esto la diferencia de la construcción de genitivo en donde la marca aparece en el modificador, como puede apreciarse al comparar los siguientes ejemplos/ MODIF. NÚCLEO:/Juánu tátemba/táta-emba/Juan padre-3PAR/ “el padre de Juan”./MODIF. NÚCLEO:/Juánuri tarhéta/Juánueri/Juan -GEN milpa/ “la milpa de Juan. [↩]
- Aunque algunos son bisilábicos, entre estos últimos están: -pera- “recíproco” y -kurhi- “reflexivo”. [↩]
- “Los nombres substantivos, son de tres maneras, es a saber de cosas racionales, como de varones, mugeres, moços, donzellas, etc. De cosas bivas no racionales, como de perros, gatos puercos, ovejas, gallinas, etc. De cosas inanimadas, como piedras, palos, agua, tierra, fuego”. Gilberti, 1558, p. 83, p. 83, f. 42. [↩]
- Según Gilberti (1558) y Lagunas (1574) hyhcheueremba alterna con eueri, pero esta forma sólo se usaba para marcar sustantivos singulares. En ella se distinguen por lo menos tres partes hyhche -euer(i) -emba 1 per -GEN -3PAR. hyhcheueremba, al igual que eueri, aparee acompañando al sustantivo modificador, pero también se lo encuentra como pronombre posesivo de tercera persona. Su uso como pronombre se ejemplifica en (11). Un ejemplo de su uso como marca de genitivo es el siguiente:/ Dios hyhcheueremba uandangucata/Dios -GEN mandamiento, ley/ “el mandamiento de Dios”/(Lagunas, 1957, p. 412, f.8)/ Es evidente que hyhcheueremba merece un estudio específico y detallado. [↩]
- Nótese que en esta forma se suprimen lo dos últimos morfemas de tarhaskua. -kua es un sufijo nominalizador. [↩]
- Cuando la relación de modificación que se establece no es de posesión inalienable se emplea la yuxtaposición, por ejemplo:/xengua angatapu/capulín, cerezos árbol/ “cerezo árbol”/(D.G.2, p. 784). [↩]
- Fernando Nava me ha sugerido que este fenómeno podría verse más como la pérdida de un elemento léxico que como un desgaste de la forma. Los argumentos que sustentan este otro análisis se desarrollarán en un trabajo posterior. [↩]
- /-eril alterna con /-iri/. Esta alternancia es dialectológica. (Paul Friedrich, 1971, pp. 172-173). [↩]
- Para observaciones acerca de la simbología y el alfabeto utilizados en los ejemplos remito al autor correspondiente. [↩]
- erátsikua significa literalmente pensamiento, idea; sin embargo, acorde con el criterio adoptado en ese trabajo mantengo aquí la traducción del autor. [↩]
- En cuadrúpedos se dinstingue entre jájki’ mano’ para las extremidades anteriores y jantsíri “pata, pie” para las extremidades posteriores del animal. [↩]
- La oposición 1, 2/3 en términos de parentesco también se expresa léxicamente en pares como: nandi “mi/tu madre” vs. amámba “su madre de él”. [↩]