El “cabo de año” es un ritual de raigambre católica que se inscribe en el ciclo de exequias a los difuntos. Entre los otomíes de la comunidad de San Antonio el Grande, Huehuetla, en el estado de Hidalgo, este ritual adquiere un significado complejo, vinculado con el proceso de ancestralización de los difuntos y nos da claves para comprender los mecanismos de acción y comunicación entre la sociedad de los vivos con la de los muertos.
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