En 1996, durante el Primer Coloquio de Historia Regional en el Estado de Hidalgo, en su trabajo “Contribuciones recientes y relevancia de la investigación regional sobre la segunda parte del siglo XIX”, Mario Cerutti enfatizó la importancia de ahondar en el conocimiento de este siglo, clave para la interpretación de muchos de los problemas y fenómenos contemporáneos, que en este período (al igual que en todos los demás) no es posible verificar una historia nacional homogénea.
[Texto completo].:: Volumen 09-10
En épocas anteriores Jilotepec era objeto de múltiples y variadas menciones, así era señalado como asiento de un antiguo señorío otomí, como frontera con Aridoamérica y más tarde como uno de los puntos clave del camino tierra adentro de la ruta hacia las minas de Zacatecas. Este conjunto de características permitió que se constituyera como una unidad, que es posible reconocer todavía en el siglo XIX. Sin embargo, durante el siglo decimonónico encontramos cada vez menos menciones de Jilotepec.
[Texto completo]Desde una perspectiva histórica, el municipio de Timilpan, al igual que otras localidades que lo circundan -integradas también a la región de Jilotepec-, ha sido también un espacio devastado, no sólo en su geografía sino en su vida social como el terremoto acaecido en 1912; los saqueos y el temor por las escaramuzas de los revolucionarios -villistas, zapatistas, carrancistas- de 1913 a 1915; los estragos por la sequía y la hambruna, que la gente identifica como el período de “la necesidad”, de 1917 a 1918; la mortandad causada por las epidemias de gripe (influenza española) y la peste, conocidas como la “enfermedad”; los atropellos y muerte por bandoleros y gavilleros de 1926 a los treinta; enfrentamientos provocados por el litigio y la lucha por la tierra en los años posteriores a la Revolución; y, finalmente, la lapidación de evangelistas por fanáticos católicos, en los años cuarenta, dejaron su marca en la vida social de la población y sobre el territorio de Timilpan.
[Texto completo]En este trabajo pretendemos abordar la cuestión del culto indígena de los cerros en la porción sur de la antigua provincia de Xilotepec. Cronológicamente en la parte final de la época prehispánica y a la vez correlacionar esa información con la obtenida en el registro de algunas fiestas actuales en honor a la Santa Cruz.
[Texto completo]Los otomíes pertenecían a la familia lingüística otomiana, unica en Mesoamérica que, ocupando un territorio continuo y no demasiado extenso, se dividió en dos grupos culturalmente opuestos. El de los otomíes, mazahuas, matlatzincas y ocuiltecas de cultura mesoamericana y los pame y chichimecas, jonaz relacionados con los cazadores-, recolectores del norte de México (Carrasco Pizana, 1979). Estos últimos son los actuales habitantes del estado de Hidalgo y los primeros, poseedores de la cultura mesoamericana con una base aagrícola, son los asentamientos otomíes de nuestros días del Estado de México (Galinier, 1979).
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