Como parte de las supuestas costumbres añejas de México, en sus ferias tradicionales locales, se encuentra la figura de la elección de la reina de algunas fiestas. Más allá de cuestiones estéticas y de modelos femeninos en los gustos colectivos, se puede vislumbrar la inscripción de un mensaje cultural más profundo. Éste tiene que ver con las tradiciones históricas, las identidades comunitarias actuales y las redes sociales y de parentesco; asimismo con la significación de la refuncionalización adaptativa cultural de dicho evento colectivo y social en nuestros días. Además de la dimensión religiosa o pagana en el origen de esta actividad, pueden rastrearse los intereses político-administrativos, económico-comerciales y turísticos, sin dejar de observar el aspecto psico-social y emotivo del asunto, y la perspectiva lúdico-recreativa que sin duda posee.
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