Aquí presentamos parte de los resultados de una investigación antropológica realizada en el desierto del altiplano potosino, municipios de Charcas y Venado, cuyo tema principal es la crisis por el uso del agua y el control de los cielos, con sus manifestaciones climáticas, mediante el uso de los llamados “cañones antigranizo”. En el desierto potosino hay problemas graves para el abastecimiento de agua y esta tecnología, a pesar de ser poco conocida en sus efectos reales, es utilizada de manera indiscriminada por sus actuales poseedores, las grandes industrias locales del tomate. Acción irracional que no sólo perturba gravemente la agricultura campesina de temporal, sino que además ha reorganizando las relaciones de poder, las actividades migratorias y la calidad de vida en general de todos los pobladores del área.
[Texto completo]CRISTAL BRUÑIDO
El Álbum del Santa Lucía corresponde a un conjunto de fotografías, acompañadas de un texto explicativo de las obras que conforman la transformación del cerro. Si bien en términos generales los álbumes se caracterizan por ser un contenedor de imágenes de un lugar o tema concreto, también se debe considerar que son la expresión de un imaginario de la sociedad, del cómo se perciben o quieren ser percibidos, y para ello utilizan diversos mecanismos o estrategias, que en este caso corresponden a la fotografía.
Lo que podamos decir acerca de la religión popular necesariamente se alimenta de una dicotomía, que opone a ésta aquella otra denominada religión oficial. La relación entre estas dos modalidades puede establecerse de distintas formas. Una de las más divulgadas tendencias alrededor de la religión popular parte de la premisa de que sólo existe la religión oficial (para el caso de México, predominantemente la católica) y que las prácticas religiosas llamadas populares son la manera burda con que arremedan a lo oficial los estratos de población “bajos” del sistema social, incapaces de acceder a la sofisticación del discurso teológico aceptado. Así pues, partiendo desde la religión oficial y su enfoque teológico-pastoral, al momento de definir la religión popular emite un juicio de valor para calificarla en términos de “religiosidad tradicional”, “ignorante”, “supersticiosa”, “pagana”, en relación a sí misma —la religión oficial—, juzgada a priori como “auténtica” y “verdadera”.
[Texto completo]La obra aborda una deidad enigmática: Xipe Tótec, cuya forma de culto llamó la atención de los cronistas por su cruenta práctica ritual: el desollamiento de víctimas y el vestirse la piel de los ofrendados, acciones que eran compartidas con la diosa madre Teteu innan en el rito dedicado a ella en la veintena de Ochpaniztli. El autor nos ofrece un estudio pormenorizado de “Nuestro señor el desollado”, “el pregonero”, o “el que se embriaga de noche”, trabajo que profundiza en las diversas significaciones que caracterizaron a este numen.
[Texto completo]Aun en el arte más figurativo, la manifestación gráfica no puede ser considerada como una simple reproducción estilizada del entorno, pues al pasar por el filtro de la mente se atribuye un valor diferencial a los objetos circundantes y, acorde a ello, se les selecciona, ordena y jerarquiza en el discurso pictórico. Esto significa que en la imaginería de un pueblo no sólo importan los elementos representados, sino también los que se excluyen. Siguiendo este orden de ideas, es de notar la ausencia de escenas explícitas de caza en la plástica del paleolítico europeo —arte cazador por excelencia—. Lo interesante es que cuando lo comparamos con otras manifestaciones artísticas de sociedades cazadoras, notamos cierta recurrencia en la omisión de esta clase de imágenes. Paralelamente, observamos que en los registros etnográficos diversos pueblos suelen evitar decir con claridad que se mata al animal y, en lugar de ello, tratan el proceso de apropiación como un intercambio socializado. Por el contrario, múltiples sociedades agrícolas, e incluso estatales, toman a la cacería como un elemento de prestigio y se valen de ella para simbolizar lo social. Aquí, retomaremos dos modelos planteados por la etnología para mostrar cuán variable puede ser la ideología detrás de una escena de caza.
[Texto completo]A partir de la premisa sobre la cualidad simbólica del espacio y el tiempo prehispánico, se propone una propiedad de autosemejanza desde el análisis de un conjunto de expresiones simbólicas mexicas, en específico, el concepto agua-tierra y la flecha temporal sustentada en un concepto ascendente-descendente. La autosemejanza resultará de la consistencia simbólica de diferentes escalas de observación, desde los mitos hasta el orden de un rito. Tiempo y espacio autosimilar implican una ideología no naturalista que influyó en el orden de los asentamientos humanos y la trayectoria histórica que estos desarrollaron.
[Texto completo]A lo largo del siglo XX se consideró el uso de las lenguas originarias como el elemento más confiable para definir y distinguir a la población indígena de México, de tal manera que los once censos nacionales de población levantados entre los años 1900 y 2000 han incluido la variable Hablantes de Lenguas Indígenas (HLI). Sin embargo, en los censos de 1921, 1940, 1950, 1960 y 1970 se optó por incluir otras variables, tales como la autoadscripción en 1921, o varias de índole cultural en los otros cuatro censos. En todas las ocasiones el número de población indígena resultó mucho mayor que los HLI, poniendo de manifiesto su importancia rotunda en la conformación del país y sugiriendo que más que un proceso de mestizaje, las poblaciones originarias han vivido y viven lo que Guillermo Bonfil llamó “desindianización”.
[Texto completo]La narrativa y las artes gráficas se hacen presentes para documentar nuestro conocimiento sobre la historia de nuestra cultura visual-sexual y los modos de ver e imaginar el mundo entre los géneros. Este artículo se divide en dos partes; primera, en la novela Santa, de Federico Gamboa, se contempla la relación entre narrativa y artes que conformaron un andamio para la creación de modelos femeninos con valores maniqueos de bondad versus maldad. Segunda, el cuerpo femenino erótico desde las artes gráficas es muestra de un régimen visual de sexualidad que sostuvo el ordenamiento y la clasificación de un ser femenino infractor, para didáctica y cuidado de las mujeres de la época. Así, entre el proceso de visualizar y la mirada como testimonio, se evidencia la presenta de la diferencia sexual, inscrita en el mismo lenguaje tanto como en la formulación del acto de mirar.
[Texto completo]El tlahuica (lengua otopame hablada en el Estado de México) puede considerarse como una lengua con un patrón acusativo-nominativo, ya que los argumentos A y S se indican mediante prefijos y pronombres independientes, mientras que el participante O se marca mediante sufijos. El tlahuica también cuenta con casos aislados del patrón ergativo (la predicación adjetiva hecha con adjetivos plenos), en donde los argumentos S se marcan por medio de sufijos y A se marca por medio de prefijos. Finalmente, el tlahuica presenta una organización de tipo tripartita ya que sus marcas pronominales son distintas para cada argumento.
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